Talibanes se acercan a Mazar-i-Sharif y Washington activa su diplomacia
Los talibanes continuaron hoy su ofensiva implacable hacia Mazar-i-Sharif, la mayor ciudad del norte de Afganistán, en medio de un avance militar con el que ya se apoderaron de seis capitales provinciales en sólo cuatro días, mientras Estados Unidos activa su diplomacia y busca formular una respuesta internacional conjunta.
La ciudad de Mazar-i-Sharif, ubicada en el norte del país, es el pilar sobre el que siempre se apoyó el Gobierno para controlar esa región, habitualmente contraria a los talibanes.
Fue ahí donde encontraron la resistencia más encarnizada durante su ascensión al poder en los años ’90, incluso durante su régimen (1996-2001), en el que impusieron una versión ultrarradical de la ley islámica.
Hasta el momento, la milicia islamista avanza a un ritmo frenético y domina cinco de las nueve capitales provinciales del norte (Sibargan, Sar-e-Pul, Aybak, Kunduz y Toloqan), mientras que en el sur ya controlan Zaranj, la sexta de las 34 capitales provinciales afganas en sus manos.
El domingo, en pocas horas tomaron control de Kunduz, un punto estratégico entre Kabul y Tayikistán.
Ahora, el punto de mira está Mazar-i-Sharif, cuya periferia ya atacaron anoche, además de lanzar ofensivas en otras dos capitales del norte, Pul-e-Khomri y Faizabad, en las que fueron repelidos, indicó el ministerio de Defensa.
Mientras se suceden combates intensos a norte y sur, con ciudades como Kandahar y Lashkar Gah asediadas desde hace días, un enviado de paz de Estados Unidos viajó a Medio Oriente para advertir a los talibanes y entregar un mensaje contundente: un Gobierno talibán que llegue al poder por la fuerza en Afganistán no será reconocido.
El Departamento de Estado de Estados Unidos dijo que Zalmay Khalilzad, ya se encontraba en Doha, Qatar, donde los talibanes mantienen una oficina política, para «ayudar a formular una respuesta internacional conjunta al rápido deterioro de la situación en Afganistán».
Doha recibe hoy a representantes de Estados Unidos, Qatar, China, Reino Unido, Pakistán, Uzbekistán, Naciones Unidas y la Unión Europea.
La ciudad qatarí acoge desde septiembre conversaciones entre el Gobierno afgano y los talibanes acordadas en el acuerdo de paz firmado en febrero de 2020 entre los insurgentes y Estados Unidos, que preveía la retirada de las tropas extranjeras de Afganistán.
Aprovechando la salida de las tropas estadounidenses, los talibanes lanzaron desde mayo una fuerte ofensiva con la que se hicieron primero con vastas zonas rurales, y ahora apuntan a las ciudades.
Aunque las esperanzas son escasas, Zalmay Khalilzad «exhortará a los talibanes a que cesen su ofensiva militar y negocien un acuerdo político», dijo el departamento de Estado anoche.
La retirada de las fuerzas internacionales fue decidida por el presidente estadounidense Donald Trump. Su sucesor Joe Biden retrasó la salida unos meses pero las fuerzas estadounidenses y extranjeras habrán completado su retirada a finales de agosto.
El Gobierno de Biden dejó claro en las últimas semanas que la línea no cambiará: mantendrá su «apoyo» a Kabul, pero son los afganos los que deben decidir su destino.
«Se trata de defender a su país. Es su combate», dijo el portavoz del Pentágono John Kirby.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) informó hoy que, en el marco de la ofensiva talibán, fueron atendidos más más de 4.000 heridos de guerra (entre ellos civiles y combatientes) en la última semana, «una muestra de la intensidad de la violencia», afirmó la portavoz de la organización en Afganistán, Roya Musawi.
La portavoz remarcó que solo en julio atendieron a casi 13.000 pacientes por lesiones relacionadas con el conflicto en todo el país, y es probable que este número aumente este mes a medida que se intensifican los combates en áreas densamente pobladas.(Télam)