Talibanes anuncian una amnistía y prometen derechos para las mujeres

Los talibanes anunciaron hoy una amnistía general en Afganistán y prometieron respetar los derechos de las mujeres según las reglas islámicas, en un intento por convencer a la población de que han cambiado luego de que multitudes intentaran abandonar el país.

Tras conquistar casi todo Afganistán en una ofensiva relámpago, los talibanes han buscado mostrarse como más moderados que cuando gobernaron e impusieron un régimen brutal, entre 1996 y 2001, pero muchos afganos desconfían.

Personas de más edad recuerdan la visión islámica ultraconservadora del grupo, que impuso restricciones y castigos a las mujeres, como lapidaciones, amputaciones y ejecuciones, hasta ser derrocados por una invasión liderada por Estados Unidos.

Aunque no ha habido informaciones de grandes abusos en la capital, Kabul, que cayó esta semana, los talibanes patrullan ahora sus calles, y muchos afganos permanecen en sus casas luego de que los rebeldes liberaran a miles de presos.

Las mujeres han expresado sus temores de que el experimento occidental de dos décadas para convertir a Afganistán en una democracia y darles derechos no sobreviva al retorno de los talibanes al poder.

Las promesas de la amnistía y la exhortación a las mujeres, hechas por el vocero de los talibanes y por un miembro de su comisión de cultura, fueron los primeros comentarios oficiales de los planes generales de los islamistas para gobernar a Afganistán.

En su primera conferencia de prensa desde que los talibanes retomaron el poder, el vocero Zabihullah Mujahid prometió que el movimiento respetará los derechos de las mujeres, aunque dentro de las normas de la ley islámica.

Mujahid agregó que los talibanes garantizarán la seguridad de las misiones diplomáticas y organizaciones extranjeras en Afganistán.

También dijo que aceptará la prensa «independiente», pero siempre que «no trabaje contra los valores nacionales».

Mujahid señaló además que Afganistán no dará refugio a nadie que atente contra otras naciones, 20 años después de que Estados Unidos derrocara a los talibanes por negarse a entregar al líder de la red yihadista Al Qaeda, Osama Ben Laden.

Esto fue una exigencia central de Estados Unidos cuando el anterior Gobierno del presiente Donald Trump alcanzó un acuerdo con los talibanes en 2020 que derivó en la retirada de las tropas bajo el actual mandatario Joe Biden.

El vocero agregó que no habrá venganzas ni represalias contra quienes colaboraron con las fuerzas extranjeras e insistió en que una amnistía general decretada hoy por el grupo se aplicará a todos, incluso si trabajaron para el anterior Gobierno o para otros países.

«Nadie tocará a sus puertas para preguntarles a quién ayudaron», dijo.

Más temprano, el dirigente Enamullah Samangani, de la comisión de cultura de los talibanes, anunció la amnistía y urgió a las mujeres a sumarse al Gobierno.

Samangani describió a las mujeres como «las principales víctimas en más de 40 años de crisis en Afganistán», informó la cadena BBC.

El vocero del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, se mostró cauto.

«Tales promesas deben ser honradas, y, por ahora -de manera comprensible, dada la historia-, estas declaraciones han sido recibidas con escepticismo», dijo Rupert Colville en un comunicado.

«En las últimas dos décadas hubo avances en derechos humanos ganados con esfuerzo. Deben defenderse los derechos de todos los afganos», agregó.

En un hecho notable impensado años atrás, una periodista de la cadena de noticias privada afgana TOLO entrevistó hoy en un estudio de TV a un líder talibán.

La vida se reanudaba hoy poco a poco en Kabul, muchas tiendas reabrieron, el tráfico volvía a ser intenso y había gente en las calles, informó la agencia de noticias AFP.

Los talibanes organizan la circulación en las calles e instauraron puestos de control.

Algunas mujeres se manifestaron brevemente en la capital llevando el velo islámico, con pancartas que exigían a los talibanes «no eliminar a las mujeres» de la vida pública.

En tanto, el aeropuerto internacional de Kabul, la única salida del país para muchos, reabrió hoy para los vuelos militares de evacuación bajo vigilancia de tropas de Estados Unidos.

Todos los vuelos fueron suspendidos ayer luego de que miles de personas desbordaran el aeropuerto en un desesperado intento por huir del país.

Imágenes impactantes de personas colgadas de aviones que despegaban y que luego cayeron y murieron dieron la vuelta al mundo.

Los talibanes iniciaron su ofensiva en mayo, luego de que Biden anunciara la salida de las tropas estadounidenses para fines de este mes.

Tras tomar casi todo el país en los últimos diez días, entraron en Kabul el domingo pasado y provocaron la huida del presidente Ashraf Ghani.

Los islamistas continuaron negociando hoy los detalles del traspaso del poder con varios funcionarios y dirigentes afganos, informaron fuentes diplomáticas a CNN.

El cofundador y número dos de los talibanes, el mullah Abdul Ghani Baradar, regresó hoy a Afganistán desde Qatar, y su retorno se interpretó como señal de que el acuerdo estaba pronto a alcanzarse.

Sin embargo, en una posible complicación, el primer vicepresidente afgano, Amrullah Saleh, se declaró hoy jefe de Estado interino legítimo tras la huida de Ghani y llamó a la población a «resistir» a los talibanes, en una serie de mensajes por Twitter.

Enemigo de los talibanes, Saleh se retiró a la última región que aún no está en sus manos, el valle de Panshir, en el centro-norte de Afganistán, de la cual es oriundo. (Télam)

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El Periodista