Investigadoras (CR)2 de Chile son parte del Reporte IPCC sobre Bases Físicas del Cambio Climático

La publicación da cuenta de cómo los cambios que vemos hoy en día en el sistema climático no tienen precedentes y reafirma la importancia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar los efectos del cambio climático.

Por Michelle Ferrer Solar

Este lunes 9 de agosto fue presentado el reporte de la Contribución del Grupo de Trabajo I sobre Bases Físicas del Cambio Climático, “Climate Change 2021: the Physical Science Basis”, el cual fue aprobado el viernes 7 de agosto por los 195 gobiernos miembros del IPCC, a través de una sesión de aprobación virtual que se llevó a cabo durante dos semanas a partir del 26 de julio.

El informe del Grupo de trabajo I es la primera entrega del Sexto Informe de Evaluación (AR6) del IPCC, que se completará en 2022, con la publicación de los reportes de los Grupos de Trabajo II y III, sobre “Impactos, Adaptación y Vulnerabilidad” y “Mitigación del Cambio Climático”.

“Este informe refleja esfuerzos extraordinarios en circunstancias excepcionales”, dijo Hoesung Lee, presidente del IPCC. «Las innovaciones de este informe y los avances en la ciencia del clima que refleja, proporcionan una valiosa contribución a las negociaciones y la toma de decisiones sobre el clima».

Las dos investigadoras chilenas parte de esta primera entrega son Maisa Rojas, directora del (CR)2 y académica del Departamento de Geofísica FCFM U. de Chile, quien cumplió el rol de Coordinating Lead Author del Grupo de Trabajo I, y Laura Gallardo, investigadora del (CR)2 y académica del DGF FCFM U. de Chile, quien participó como Lead Author para este informe.

“En lo relativo al estado del clima, se reafirman conclusiones de informes previos. Vale decir, la influencia humana sobre el cambio climático es inequívoca y se expresa en cambios extendidos y rápidos en la atmósfera, el océano, la criósfera y la biósfera. El cambio climático antrópico se vive ya en todas las regiones del planeta”, destaca Laura Gallardo.

“Primero que todo nos tenemos que dar cuenta de que todos ya estamos viviendo los efectos del cambio climático y eso hasta hace un par de años atrás no era tan evidente. Pensábamos que los efectos vendrían a fin de siglo, pero lo que muestra este informe es que no, que efectivamente las observaciones nos muestran que ya los estamos viviendo”, agrega Maisa Rojas con respecto a los resultados de este informe.

Resultados claves

Tanto Maisa Rojas como Laura Gallardo son claras para expresar que la situación que se vive actualmente con el cambio climático no tiene precedentes ni en siglos ni en milenios, lo cual se ha podido identificar gracias a los resultados de los estudios paleoclimáticos, los cuales dan cuenta del clima del pasado.

“Por ejemplo, para volver a ver un mundo que es tan cálido como el actual en la última década, hay que volver para atrás 125 mil años. Desde esa fecha fue la última vez que vimos un mundo tan cálido como el actual. Comparando eso con el informe anterior del IPCC (AR5), que solo necesitaba volver en 1400 años para comparar el presente con el pasado”, explica la directora del (CR)2.

“Lo otro es que el IPCC, desde que comenzó con su primer informe de evaluación, ha intentado entender la influencia humana en los cambios que observamos y ha ido progresivamente pudiendo atribuir a la humanidad las cosas que observamos. Lo que hace este informe es decir que todo el calentamiento que hemos observado en los últimos 170 años se lo podemos atribuir a la influencia humana y como resultado estamos viendo cambios en todas las regiones del mundo”, agrega Maisa Rojas.

Otro aspecto importante del reporte del grupo de Trabajo I es que se ven reflejados el énfasis en la información regional, contando con más información sobre lo que está ocurriendo en todas las regiones del mundo.

Para Maisa Rojas esto es relevante porque “por primera vez podemos decir que estamos observando los impactos del cambio climático en cada una de las regiones del mundo que evaluamos. Y lo otro, pudimos enfatizar en realizar una buena evaluación de riesgo, porque al fin y al cabo el cambio climático se trata de evaluación de riesgo, y en ese sentido hay una sección entera y un énfasis en el informe sobre resultados que son de baja probabilidad, pero de alto impacto”.

“A escala regional, la variabilidad natural modulará los cambios de origen antrópico, pero con un efecto muy menor a escalas de siglos. De todos modos, todas las regiones verán incrementada la ocurrencia de cambios múltiples y simultáneos en propulsores de impactos climáticos. El ciclo hidrológico seguirá intensificándose en un mundo más cálido. No es posible descartar la ocurrencia de eventos de baja probabilidad y alto impacto, como el colapso de capas de hielo o cambios abruptos en la circulación del océano, cuestión que debe considerarse en la evaluación de riesgos”, explica Laura Gallardo.

¿Hacia dónde avanzar?

Ambas investigadoras reafirman la importancia de limitar las emisiones de gases de efecto invernadero y alcanzar la carbono neutralidad, desafíos que ayudarían a mitigar los efectos del cambio climático y limitar el aumento de la temperatura en el planeta a 1,5 °C.

“Físicamente hablando, limitar el calentamiento global antrópico requiere limitar las emisiones acumuladas de CO2, alcanzando al menos cero emisiones netas de CO2, junto con fuertes reducciones en otras emisiones de gases de efecto invernadero. Reducciones fuertes, rápidas y sostenidas en las emisiones de metano (CH4) también limitarían el efecto de calentamiento resultante de la disminución de la contaminación por aerosoles y mejoraría la calidad del aire”, enfatiza Laura Gallardo.

Con respecto a los tomadores de decisión y los procesos que se están viviendo en Chile, como la discusión del Proyecto de Ley Marco de Cambio Climático y la Convención Constituyente para otorgar al país una nueva Constitución, lo principal es que puedan comprender que el cambio climático es la condición de borde de este siglo.

“La última década, desde el 2011 al 2020, es la más cálida de los últimos 100 mil años, pero es la menos cálida de todo el siglo que viene, porque el planeta se va a seguir calentando y lo que estamos intentando a hacer es limitar el aumento de temperatura a 1,5 °C y el planeta se ha calentado 1,1 °C en estos momentos. Por lo tanto, esa realidad de condición de borde que nos va a acompañar para todo el resto del siglo debiera estar incluido en la nueva constitución”, concluye Maisa Rojas.

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El Periodista