Cerca de la tumba, habla el fundador del Cártel de Guadalajara, Félix Gallardo

Languidecía en una prisión de alta seguridad de Jalisco (centro-oeste) hasta que la serie de televisión "Narcos México", producida por la plataforma Netflix recreó pasajes de su biografía en 2018.

Por Víctor Flores García

Con casi 32 años de prisión, el «fundador del Cártel de Guadalajara», Miguel Ángel Félix Gallardo, rompió el silencio a sus 75 años, sordo, tuerto y en silla de ruedas, para declarar que ya es «un cadáver» que espera ser enterrado bajo un árbol.

«No tengo pronóstico de vida ninguno, puesto que perdí todo. Perdí la sensibilidad, los oídos, los ojos. Soy un cadáver el cual no espera más que ser enterrado en la raíz de un árbol», dijo en entrevista con la cadena estadounidense en español Telemundo.

En los años 1980 fue bautizado como el «Zar de las drogas» de México, dedicado al tráfico de marihuana y cocaína hacia EEUU.

El protagonista de una legendaria relación con hombres del poder, cayó en el olvido en México.

Su historia fue desplazada por el surgimiento de capos más sanguinarios, con un poder de fuego, que ya incluye armamento de grueso calibre contra vehículos militares blindados.

Languidecía en una prisión de alta seguridad de Jalisco (centro-oeste) hasta que la serie de televisión «Narcos México», producida por la plataforma Netflix recreó pasajes de su biografía en 2018.

Interpretada por el actor Diego Luna, su vida criminal parece pintoresca, comparada con el terror de decapitados, cuerpos desmembrados cadáveres colgados de puentes, cabezas humanas, cuerpos disueltos en ácido y miles de fosas clandestinas del México actual.

La llamada «guerra contra el narcotráfico» encabezada por la Fuerzas Armadas fue declarada por el Gobierno en 2007, cuando, paradójicamente, el país vivía sus menores índices de violencia.

Casi 15 años después, la confrontación con las mafias narcotraficantes multiplicaron su poder de fuego: extendieron sus negocios al secuestro, la extorsión, el tráfico de armas y la trata de personas.

La cantidad de muertes son casi 350.000 asesinados, más de 72.000 siguen desaparecidos, según cifras oficiales de 2006 a 2021.

CUNA DEL NARCO

Félix Gallardo nació en 1946 en Sinaloa, como muchos capos, entre ellos, Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, quien purga prisión perpetua en EEUU, o Ismael «El Mayo» Zambada, el elusivo prófugo eterno.

Su juventud fue cuasi folclórica en el entramado de autoridades civiles y militares con narcotraficantes.

En los años 1960, pasó de guardaespaldas del gobernador de Sinaloa, a la Policía Judicial, como protector de narcotraficantes, y a la vez encargado de interrogar, torturar y extorsionar a detenidos.

Fue detenido en abril de 1989, por acopio de armas, complicidad, narcotráfico y asesinato de un agente estadounidense.

Una década antes se alió con narcotraficantes colombianos y fue parte de una trama que introducía más de la mitad de la cocaína que se consumía en EEUU, según la condena.

La cultura popular que prolifera en corridos de bandas del norte del país, llevó en 1997 a «Los Tigres del Norte» a componer una corrido titulado «El Jefe de jefes», que reseña su leyenda.

Sus dos cómplices principales lograron en años recientes su libertad.

El primero fue Ernesto Fonseca, ‘Don Neto’, 91 años, quien salió de prisión por razones de salud.

El segundo fue Rafael Caro Quintero, 68 años, quien fue propietario de ranchos con cientos de trabajadores en Chihuahua.

El llamado ‘Rey de la marihuana’, logró que un juez avalara una argucia legal, que fue revertida después por otro tribunal.

Pero el veterano narcotraficante ya había desaparecido, sigue prófugo, y se dice que ha vuelto a refugiarse en Sinaloa, protegido por los herederos del ‘Chapo’.

CERCA DEL FIN

Félix Gallardo cayó en desgracia cuando fue involucrado en la investigación por el asesinato en 1985 de un agente de la agencia antidrogas estadounidense DEA, Enrique Camarena, alias ‘Kiki’.

El juicio duró 28 años, cuando fue condenado a 40 años de prisión en 2017 por ese crimen.

El agente estadounidense se infiltró en la organización de Félix Gallardo, pero fue descubierto y asesinado.

«A ese señor no lo conocí», volvió a exculparse.

La DEA asegura que el capo tenía una fortuna de al menos 50 millones de dólares.

Cerca del final de su vida, volvió a clamar que es inocente, y decidió mostrar la precariedad de su vida.

«Fui cercenado del estómago, me quitaron ocho hernias; me privaron de la vista, me privaron de los oídos, y como ve, no puedo caminar, mi salud es pésima», relató a la periodista de Telemundo.

Sin embargo, afirma que no esperan ser favorecido por la política de «abrazos, no balazos» del presidente Andrés Manuel López Obrador, que ha decretado una tregua de facto en la guerra frontal contra el crimen organizado.

Félix Gallardo respondió sobre ese tema: «No estoy buscando eso; sé que el señor presidente es un hombre de buena voluntad que está combatiendo la desigualdad social. Está dando pensiones, está dando muchas cosas y yo no le quitaría su tiempo».

Repitió el argumento de López Obrador: «La violencia es consecuencia del desempleo, de la desigualdad social, que el señor López Obrador está resolviendo poco a poco, hay que darle tiempo». (Sputnik)

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