En Chile se acaba de celebrar el día del arquitecto que se hizo coincidir con la promulgación de la ley 7211 que crea el del Colegio de Arquitectos de Chile.
Cada 4 de agosto de hace 79 años, en lo sustancial siempre está la invitación a reflexionar en donde están hoy las y los arquitectos y como podemos fortalecer acciones que vayan en ayuda de entender mejor el significado de habitar bien desde una vivienda, nuestros espacios públicos y la cuidad con todas sus complejidades.
Las Naciones Unidas y la Unión Internacional de Arquitectos nos invitan a centrar la discusión en como plantear mejores viviendas y espacios urbanos para reconstruir y crear nuevas formas en que se desarrollan y encuentren las personas de manera inclusiva y accesible agregando hoy los aspectos de sustentabilidad tanto en el uso de los materiales como en el gasto energético, cada vez más unidos en lo que podemos llamar diseño ecológico y responsable.
No sólo nos faltan viviendas sino además hay un déficit en cuanto a las cualidades de ellas, el problema hoy no son sólo los sin casa como dice Miguel Lawner Premio Nacional de Arquitectura, sino como lo comenta Alejandro Aravena, nuestro premio Pritzker, (equivalente al Nobel en Arquitectura) “tenemos una crisis de sentido”, que se traduce en una enorme tarea que debería convocar a muchas disciplinas y crear una nueva conciencia social para entender que todo los que nos rodea permite o no mejorar nuestra calidad de vida.
Tenemos la gran oportunidad de volver a crear un colectivo, que rescate la vida de balcones, costaneras, plazas, patios, calles, parques y barrios, evitando seguir con la maquina de la especulación construyendo islas de calor, monotonías que nos encierran sin orientación, sin ver la cordillera, sin respetar los paisajes naturales, esta justamente en lo no construido lo que queda ‘entre’, la riqueza compartida de vivir mejor. La gente nos necesita y deberemos diseñar para y con ellos.