A 50 años del golpe de Banzer en Bolivia que puso en marcha el Plan Cóndor
Durante su dictadura de siete años, Banzer puso en marcha un aparato de represión que fue mucho peor que sus antecesores, suprimiendo los sindicatos, despojando a la población de los derechos civiles y militarizando las minas del país.
Hace medio siglo, el 18 de agosto de 1971, el coronel Hugo Banzer iniciaba un golpe de Estado contra el general de izquierda Juan José Torres, para poner en marcha el Plan Cóndor, que asesinó o provocó la desaparición de centenares de personas en Bolivia.
Banzer, el militar golpista que llegó a ser presidente en 1997 con el 22% de los votos tras vanos intentos de llegar a la Presidencia con su partido Acción Democrática Nacionalista (ADN), nunca fue procesado por violaciones a los derechos humanos.
Tras convertirse en mandatario por la vía constitucional, dispuso la erradicación de las plantaciones de coca, tradicional sustento económico de los campesinos bolivianos, y una serie de medidas de ajuste liberal, entre otras decisiones económicas.
Según el Centro para los Asuntos Internacionales (Cidob), con sede en Barcelona, el 18 de agosto de 1971 Banzer entró clandestinamente a Bolivia.
Pero fue arrestado en Santa Cruz y conducido en avión al cuartel de Carabineros de La Paz.
Tres días después se constituyó un triunvirato militar que le otorgó la presidencia del país, tras el golpe número 187 de los 146 años de historia del país vecino.
Así, Banzer gobernaría Bolivia con puño de hierro durante siete años, hasta que sería derrocado por una asonada militar.
Torres había asumido el poder el 7 de octubre de 1970 mediante un levantamiento popular con la participación de trabajadores, organizaciones campesinas, el movimiento universitario y un sector de militares leales.
Tras el golpe contra su Gobierno huyó de Bolivia y en mayo de 1973 fue uno de los fundadores de la Alianza de la Izquierda Nacional (ALIN).
El 2 de junio de 1976 fue secuestrado y asesinado en Buenos Aires en el marco del llamado Plan Cóndor, que integraban las dictaduras de la Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.
Según denuncias de organizaciones de derechos humanos, el golpe contra Torres fue apoyado por el Gobierno de Estados Unidos, que envió ayuda militar.
Durante su dictadura de siete años, Banzer puso en marcha un aparato de represión que fue mucho peor que sus antecesores, suprimiendo los sindicatos, despojando a la población de los derechos civiles y militarizando las minas del país.
La oposición de aquellos años lo acusaba de «corrupto, represor y de haber contraído una enorme deuda extranjera»
Banzer fue reemplazado por una junta militar que se mantuvo por cuatro años antes de ser derrocada en 1982.
En aquel año, Bolivia comenzó una serie de gobiernos democráticos, en medio de una gran crisis económica, caracterizada por la hiperinflación que llegó al 20.560% en 1985.
Banzer falleció en agosto de 2001, afectado por un cáncer, un año antes de cumplir su mandato constitucional, a los 75 años de edad.
El 11 de marzo de 2014 la organización Amnistía Internacional (AI), con sede en Londres, pidió que se esclarezcan en Bolivia los abusos cometidos contra los derechos humanos durante 18 años de régimen militar.
En un informe, afirmó que más de 350 personas fueron muertas o desaparecidas bajo distintos regímenes militares entre 1954 y 1982 (de las dictaduras de René Barrientos, Alfredo Ovando y Banzer).
Según la biografía «El dictador elegido», escrita por el periodista argentino Martín Sivak, Banzer decía: «Personalmente, tengo una filosofía: al amigo, todo; al indiferente, nada; y al enemigo, palo.»
En un artículo publicado en 2001 en la revista Radar, del diario Página/12, Sivak menciona un documento desclasificado con motivo de la visita que realizó en junio de 1976 a Bolivia el exsecretario de Estado norteamericano Henry Kissinger.
El perfil elaborado por el Departamento de Estado señala: el coronel Banzer «es un hombre amistoso, informal pero digno, y negociador. Conoce y le gustan los Estados Unidos y se ha desviado de su camino en varias oportunidades para demostrar su adherencia al liderazgo de EEUU en este hemisferio y en el mundo (…)».(Télam)