Museos y su patrimonio colonial: historia de expropiaciones que afronta nuevo capítulo
Los alcances del pasado, como en el caso de los bronces de Benín, adoptan distintas posturas y manifestaciones en este fenómeno extenso en tiempo y geografías, que va desde la crítica al proceso colonial impulsado desde el siglo pasado a los estudios descoloniales más recientes de América.
Es así que el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York (MET) anunció en junio la restitución de dos placas de bronce y una cabeza de Ife a Nigeria, aunque en su colección figuran algunas otras piezas de la misma procedencia geográfica.
Sin embargo, la mayor colección de estas piezas de bronce -unas 700- se encuentra en el Museo Británico de Londres, fiel custodio de otros patrimonios por decisión propia.
Por otro lado, en el Reino Unido, el Jesus College de Cambridge y el Museo Pitt Rivers de Oxford se suman a las devoluciones. Este último incluso retiró de recientemente de exposición los 120 restos humanos que exhibía, para adecuarse a las recomendaciones internacionales.
«El acuerdo de Vermillion (1990) tiene una serie de puntos entre los cuales establece el respeto por todos los restos humanos cualquiera sea su origen, raza, religión, nacionalidad, y por los deseos de las comunidades y sus descendientes en convertirse en guardianes de esos restos», destaca la arqueóloga Mónica Berón, directora del Museo etnográfico.
En cuanto a la exhibición de restos humanos, «en Chile hay museos regionales, locales que exhiben momias con acuerdo de las comunidades. Hay políticas diferentes pero siempre respetando el deseo de las comunidades locales», explica la antropóloga.
«En Salta están exhibidas las momias del Cerro Llullaillaco en el Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM). Están exhibidas en contra de la voluntad de los pueblos indígenas de la zona, especialmente de aquellos que se consideran descendientes y que fue expresado a viva voz antes de que se creara el museo», diferencia Berón.
En el caso de Francia, se aprobó en diciembre de 2020 la restitución de 27 piezas a Benín y Senegal, que están en el Musée du Quai Branly-Jacques Chirac y el Museo del Ejército, ambos en París. La ley es producto de la promesa del presidente francés Emmanuel Macron, de 2017, de devolver todos los objetos africanos que están en los museos franceses, lo cual fue considerado como una nueva etapa de relación.
En el informe, encargado al economista Felwine Sarr y la historiadora del arte Bénédicte Savoy, publicado en noviembre de 2018 con el título de «La restitución del patrimonio cultural africano. Hacia una nueva ética relacional», se desprende que entre el 90% y el 95% del patrimonio cultural material de África subsahariana está en colecciones occidentales. Es por eso que los autores aconsejaron la restitución de las piezas como un modo de establecer una nueva ética, que ayude a los pueblos a recuperar su memoria.
Sin embargo, con esta idea de restitución se reavivaron las discusiones sobre el papel de los museos occidentales y los objetos que albergan, indica la publicación especializada Art Review.
Tanto es así que en junio de 2020 un grupo de manifestantes, entre ellos el artista congoleño Mwazulu Diyabanza, intentó apoderarse de un poste funerario africano del siglo XIX en el Museo del Quai Branly-Jacques Chirac de París, como modo de protesta y reclamo de justicia.
Numerosas legislaciones y posturas internacionales han sido adoptadas, a partir de la entrada en vigencia de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre de las Naciones Unidas (1957), el ICOM con el código de deontología de 2005 entre otras cuestiones, el acuerdo de Vermillion del Congreso Arqueológico Mundial (WAC, 1990) o la ley federal conocida como Nagpra (1990), que se han sumado a las prácticas museográficas.(Télam)