Estados Unidos advirtió que seguirá bombardeando Afganistán si ofensiva talibana persiste
Desde principios de mayo, la violencia se ha recrudecido en varias provincias de Afganistán después de que los talibanes lanzaran una gran ofensiva pocos días después de que las fuerzas extranjeras lideradas por Estados Unidos iniciaran su retirada definitiva del país.
Estados Unidos continuará sus ataques aéreos en apoyo de las fuerzas afganas si los talibanes persisten con la ofensiva que llevan a cabo desde principios de mayo, cuando se oficializó la retirada de sus tropas y de la OTAN, advirtió hoy en Kabul el jefe de operaciones militares estadounidenses en Afganistán.
«Estados Unidos ha intensificado sus ataques aéreos en apoyo de las fuerzas afganas en los últimos días y estamos listos para continuar con este alto nivel de apoyo en los próximos días, si los talibanes continúan sus ataques», informó el general Kenneth McKenzie, jefe del Comando Central del Ejército de Estados Unidos (Centcom).
Desde principios de mayo, la violencia se ha recrudecido en varias provincias de Afganistán después de que los talibanes lanzaran una gran ofensiva pocos días después de que las fuerzas extranjeras lideradas por Estados Unidos iniciaran su retirada definitiva del país.
La ofensiva llevó a los talibanes a capturar decenas de distritos y pasos fronterizos y a rodear varias capitales de provincia, lo que alimentó el fantasma de que vuelvan a hacerse con el poder en Kabul.
«Me gustaría ser claro, el gobierno de Afganistán estará sometido a duras pruebas en los próximos días, los talibanes están tratando de hacer que su campaña sea irreversible. Se equivocan», expresó el general McKenzie, citado por la agencia de noticias AFP.
Las declaraciones de McKenzie, quien supervisa las actividades militares estadounidenses desde el 12 de julio, se producen el mismo día en que las autoridades afganas informaron de que 22.000 familias huyeron de Kandahar, en el sur de Afganistán, a causa de los combates.
«Todos se han trasladado de los distritos volátiles de la ciudad a zonas más seguras», contó Dost Mohammad Daryab, jefe del departamento provincial de refugiados.
El domingo, los combates continuaban en las afueras de Kandahar, la segunda ciudad más grande del país, con 650.000 habitantes.
«La negligencia de algunas fuerzas de seguridad, especialmente de la policía, ha dado paso a que los talibanes se acerquen tanto», denunció, por su parte, Lalai Dastageeri, vicegobernador de la provincia de Kandahar.
«Ahora estamos tratando de organizar nuestras fuerzas de seguridad», agregó.
Las autoridades locales habían habilitado cuatro campamentos para los desplazados, que se calcula son unos 154.000.
Los residentes temen nuevos combates en los próximos días.
«Si realmente quieren luchar, deberían ir a un desierto y luchar, no destruir la ciudad», dijo Khan Mohammad, que se trasladó a un campamento con su familia, y agregó: «Aunque ganen, no pueden gobernar una ciudad fantasma».
La provincia de Kandahar fue el epicentro del régimen de los talibanes cuando gobernaron Afganistán entre 1996 y 2001.
Expulsados del poder en una invasión dirigida por Estados Unidos en 2001, tras los atentados del 11 de septiembre, los talibanes lideran desde entonces un movimiento insurgente.
Su última ofensiva, lanzada a principios de mayo, permitió al grupo hacerse con el control de la mitad de los cerca de 400 distritos del país.
La ONG Human Rights Watch habló de atrocidades cometidas por los talibanes contra los civiles en las zonas bajo su control, entre ellas la ciudad de Spin Boldak, cerca de la frontera con Pakistán, que capturaron a principios de este mes.
Por otra parte las autoridades anunciaron que cuatro personas, presentadas como talibanes y presuntamente implicadas en el ataque con cohetes contra el palacio presidencial en el primer día del Aíd al Ada, fueron detenidas.
Al menos tres cohetes cayeron cerca del palacio el pasado martes, mientras el presidente Ashraf Ghani y sus principales funcionarios realizaban oraciones al aire libre para marcar el inicio de la festividad musulmana de Eid al Adha.
Sin embargo, el ataque fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico.
La semana pasada, los talibanes llegaron a afirmar que controlaban el 90% del territorio del país, algo que fue señalado como «una mentira absoluta» por el Gobierno.
Ayer el Gobierno afgano decretó un toque de queda nocturno para el conjunto del país con la excepción de tres provincias, Kabul, Panshir y Nangarhar.
«Con el objetivo de contener la violencia y limitar los movimientos de los talibanes, se decretó un toque de queda desde las 22 hasta las 4 en 31 provincias de país», indicó el Ministerio del Interior en un comunicado. (Télam)