Biden anunció nueva fase en la relación con Irak y el fin de la misión de combate
El presidente Joe Biden anunció hoy el cese de la "misión de combate" de Estados Unidos en Irak para fines de año, cuando comenzará una "nueva fase" de cooperación militar con este país, sacudido por la corrupción, la pobreza y la pandemia de coronavirus, y en medio de una reciente multiplicación de atentados contra soldados norteamericanos.
«No estaremos a fin de año en una misión de combate» en Irak, pero «nuestra cooperación contra el terrorismo continuará incluso en esta nueva fase, que estamos discutiendo», aseguró Biden, tras recibir al primer ministro iraquí, Mustafá al Kazimi, en la Casa Blanca.
El mandatario explicó que el «papel» del ejército estadounidense en Irak sería «entrenar» y «ayudar» a las fuerzas iraquíes contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI), sin dar un cronograma o elementos concretos sobre el número de efectivos.
«No habrá más fuerzas con una misión de combate para el 31 de diciembre» en Irak, dijo por su parte el Departamento de Estado en un comunicado, replicado por la agencia de noticias AFP.
Según el mismo texto, «Estados Unidos reafirma su respeto por la soberanía y las leyes iraquíes y se compromete a proporcionar los recursos que Irak necesita para preservar su integridad territorial».
Por su parte, Kazimi, quien llegó a Washington para buscar una señal política que le permita consolidar un poco su muy precaria posición, a tres meses de las elecciones legislativas en Irak, afirmó que su relación con Biden «es más sólida que nunca».
A la cabeza de un país devastado por la corrupción, la pobreza y la pandemia de coronavirus, con más de 12.000 casos en las últimas 24 horas, el premier iraquí se debate entre el aliado estadounidense y las poderosas facciones pro Irán.
La mayoría de las tropas estadounidenses enviadas en 2014 como parte de una coalición internacional para ayudar a Bagdad a derrotar al EI fueron retiradas bajo el mandato del presidente Donald Trump, mientras que los 2.500 soldados restantes permanecen en el territorio con tareas de «asesoramiento» y «formación».
Kazimi espera, con el fin de la «misión combate» y de cara a las elecciones, recuperar un poco el dominio sobre las poderosas facciones pro-Teherán reunidas dentro de Hachd al Chaabi, una coalición paramilitar pero que está integrada al Estado.
Estas, que exigen la salida total de los estadounidenses, multiplicaron los atentados contra los soldados norteamericanos destacados en Irak; pero los expertos no prevén una retirada total mientras las células residuales del EI sigan activas.
La semana pasada, el EI reivindicó un ataque suicida en un mercado de Bagdad que dejó 30 muertos, según datos oficiales.
«Lo último que quiere Estados Unidos es salir de Irak y encontrarse en unos años en la misma situación, con el regreso del EI», expresó una fuente diplomática occidental.
Irak es un vínculo estratégico para Washington, que lidera una coalición internacional que combate al EI en Siria.
Dejar a Irak a merced de la influencia de Irán está fuera de discusión para Estados Unidos debido a sus renovadas tensiones con Teherán.(Télam)