Afganistán, Irak y el costo de la salida de tropas estadounidenses
La retirada de la misión de combate de Estados Unidos en Irak, prevista para el 31 de diciembre, para poner todo el potencial de Washington a competir con China, aumenta los riesgos de sufrir una crisis humanitaria como la que vive en la actualidad Afganistán, donde la Casa Blanca finalizó sus operaciones militares después de 20 años.
Por Alberto Galeano
Esta semana, el presidente Joe Biden y el primer ministro iraquí, Mustafa al Kadhimi, anunciaron en la Casa Blanca el fin de dicha intervención, con el fin de iniciar una «nueva fase» de cooperación en Irak.
Pero más allá de la idea de terminar con las guerras estadounidenses, expresada por el expresidente Barack Obama y ahora por Biden, pareciera que Washington no puede abandonar los conflictos bélicos iniciados por George W. Bush para destruir a Al Qaeda y a otros grupos radicales, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 (11S).
En su momento, ambas invasiones resultaron triunfantes para derrocar a gobiernos que no eran del agrado de Washington. Sin embargo, la transición fue dificultosa y desordenada, provocando un aumento de los grupos fundamentalistas.
«Hay una disonancia entre lo que es el discurso de Biden y la práctica. El mensaje del presidente estadounidense, que debe ser coherente con el apoyo recibido de las bases electorales, implica la retirada de EEUU de distintos lugares del mundo», dijo a Télam Marcelo Montes, integrante del Grupo de Estudios Euroasiáticos del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI),
El académico reflexionó que «la presencia de ejércitos imperiales en distintas partes del mundo es una contradicción» de Washington.
Para Montes, «entre ese discurso y la practica real de EEUU, todos los problemas que genera la salida de tropas en lugares conflictivos, hay una brecha importante».
«Pero hay un costo en la salida de esos militares, porque todo el mundo sabe la situación de Afganistán, de Irak, que es explosiva, en tanto y en cuanto no haya una fuerza reguladora en la región», señaló.
De todos modos, Montes advirtió: «Rusia no va a ocupar ese rol; China tampoco y el único que podría llegar a tener ese papel en el futuro, aún menguado e ineficaz, es Estados Unidos».
Si bien la Casa Blanca se retiró de Irak en 2011, las fuerzas estadounidenses retornaron a Bagdad en 2014 junto con una coalición internacional para combatir a los insurgentes del Estado Islámico (EI).
Por otra parte, el Gobierno de Biden y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) iniciaron el primero de mayo el retiro de las tropas que invadieron Afganistán en 2001, donde la milicia talibán se está apoderando de vastas regiones del país.
El 13 de julio, la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), advirtió sobre la crisis humanitaria que vive Afganistán, donde desde enero unos 270.000 afganos se han visto forzados a desplazarse, lo que ubica la cifra global de población desarraigada de ese país en 3,5 millones de personas.
También se teme que las mujeres afganas vuelvan a padecer los mismos sufrimientos que experimentaron cuando los talibanes gobernaron Afganistán, entre 1996 y 2001. En esos años no podían asistir a la escuela y debían cubrir todo su cuerpo.
La Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (Unama) informó que 1.659 civiles murieron y 3.254 más resultaron heridos durante la primera mitad de este año en ese país de Asia, lo que supone un aumento del 47% con respecto al mismo periodo de 2020.
En medio de este panorama, el confundador de los talibanes Mullah Abdul Ghani Baradar se reunió el miércoles en Tianjin, en el norte de China, con el ministro de Exteriores de ese país, Wang Yi. Al finalizar el encuentro, Beijing aseguró que la milicia afgana «desempeñará un papel importante en el proceso de reconciliación pacífica y reconstrucción» de ese país.
Para algunos analistas, Irak se debate entre ser aliado de Estados Unidos o aceptar el mandato de las facciones pro Irán que existen en el país del ajusticiado expresidente Saddam Hussein. Actualmente hay 2.500 soldados estadounidenses en tareas de asesoramiento y formación del ejército iraquí.
En tanto, el primer ministro iraquí Kadhimi tratará de afianzar su poder en las elecciones parlamentarias de octubre para hacer frente a las facciones chiitas reunidas dentro de Hachd al Chaabi, una coalición paramilitar integrada al Estado iraquí.
En un artículo de su Consejo Editorial, el diario The Washington Post, recordando la postura de «disuasión mínima» expresada por Beijing en los últimos años, titula: «Más silos de misiles se han encontrado en China. Esa es una señal ominosa».
Sin embargo, el rotativo citó un informe de la Federación de Cientistas estadounidenses (FAS) que asegura que China tiene 350 cabezas nucleares contra 4.000 de Rusia o Estados Unidos, quienes poseen el 90% de las armas atómicas del planeta.(Télam)