Vaticano dice que su preocupación por ley italiana contra la homofobia no es injerencia
El Vaticano negó hoy que quiera "bloquear" el tratamiento legislativo de un proyecto de ley que debatirá el Senado italiano contra la homofobia, sobre el que sí reconoció una "preocupación" que rechazó calificar como "injerencia".
«No fue una injerencia», afirmó el secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin, en una entrevista publicada hoy por la prensa oficial sobre la «Nota Verbal» con la que, la semana pasada, el Vaticano planteó sus reparos a algunos puntos de una ley contra la homofobia que debe debatir el Senado italiano.
La misiva constituye la primera vez que la Santa Sede hace un pedido formal a Italia sobre un proyecto de ley en casi 100 años de existencia de los denominados Pactos Lateranenses, que enmarcaron la relación bilateral.
El cruce público entre los dos Estados comenzó cuando el martes se conoció el contenido de una nota vaticana entregada a la embajada italiana en la que advierte que un proyecto de ley con media sanción, que regula la lucha contra la homofobia, podría incumplir algunos puntos de acuerdos bilaterales previos al «reducir» los ámbitos de libertad religiosa.
Las observaciones vaticanas, calificadas hoy por Parolin como «preocupación», alcanzan especialmente un punto del proyecto de ley que, de aprobarse, obligaría a las escuelas católicas a adherir a una Jornada Nacional contra la Homofobia y Transfobia.
Esa posibilidad, de acuerdo a la «Nota Verbal», puede llegar a incumplir los acuerdos bilaterales creados en 1929 a partir de los Pactos de Letrán, que regularon la relación, especialmente el denominado Concordato de ese año y revisado en 1984.
«El Estado italiano es laico, no es confesional, como planteó el Presidente del Consejo», apuntó el cardenal, en referencia a los dichos del premier Mario Draghi, quien ayer se había referido al cruce.
«Estoy totalmente de acuerdo con el presidente Draghi sobre la soberanía del Parlamento italiano. Por esto se eligió el instrumento de la Nota Verbal, que es el medio propio del diálogo en las relaciones internacionales», planteó Parolin.
Para el purpurado italiano, la presentación vaticana que advierte por posibles violaciones a acuerdos bilaterales «no fue de ningún modo un pedido para bloquear la ley» que ya fue aprobada por Diputados y debe ser convalidada por el Senado.
«Nuestra preocupación concierne a los problemas interpretativos que podrían surgir si se adoptara un texto con contenidos vagos e inciertos, lo que terminaría trasladando la definición de lo que es delito y lo que no lo es a la etapa judicial», explicó Parolin.
La preocupación de la Santa Sede alcanza a la «libertad de organización, de público ejercicio de culto, de ejercicio de magisterio y del ministerio episcopal» y a la garantía «a los católicos y sus asociaciones y organizaciones la plena libertad de reunión y manifestación del pensamiento con la palabra, los escritos y cualquier otro medio de difusión».
«Pedimos que se tengan en cuenta nuestras preocupaciones», planteó el Vaticano en la carta sobre el proyecto, que genera divisiones también dentro del oficialismo italiano.(Télam)