ONU pide dejar de negar el racismo y comenzar a combatirlo

La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michele Bachelet, dijo que los Estados deben tomar "medidas inmediatas" contra el "racismo sistémico" que sufren los negros, en un histórico informe presentado hoy, días después de que el policía blanco que mató a George Floyd fuera condenado a 22 años y medio de cárcel.

«El statu quo es insostenible», afirmó Bachelet en la publicación del informe solicitado por el Consejo de derechos humanos de la ONU tras el asesinato de Floyd el 25 de mayo de 2020.

«Necesitamos un enfoque transformador que aborde los ámbitos interconectados que impulsan el racismo y desembocan reiteradamente en tragedias que podrían evitarse, como la muerte de George Floyd», continuó.

El viernes, Derek Chauvin, el policía blanco que asfixió con la rodilla en el cuello a Floyd, convertido en símbolo de la violencia racial en Estados Unidos, fue condenado a 22 años y medio de cárcel, una dura sentencia que refleja el impacto global del crimen.

El informe, que lleva un año en preparación, entrega un panorama de las raíces de siglos de maltrato que enfrentan los africanos y personas de ascendencia africana, especialmente por la trata transatlántica de esclavos y busca un enfoque «transformador» para abordar su impacto continuo en la actualidad.

Se basó en charlas con más de 340 personas, en su mayoría afrodescendientes, y expertos; más de 100 contribuciones por escrito, incluso de Gobiernos; y revisión de material público, dijo la oficina de derechos.

En él, se afirma que tanto la muerte de Floyd como «las protestas masivas» que desencadenó y el veredicto contra este agente «representan un hito en la lucha contra el racismo» y «una oportunidad trascendental para alcanzar un punto de inflexión en favor de la igualdad y la justicia raciales».

«La movilización mundial en reclamo de justicia racial ha forzado un reconocimiento largamente postergado del racismo y recentrado los debates en la naturaleza sistémica de este fenómeno y en las instituciones que lo perpetran», asegura el texto.

La ex mandataria chilena exhortó a los Estados «a que dejen de negar y comiencen a desmantelar el racismo, a que pongan fin a la impunidad y fomenten la confianza, a que escuchen las voces de las personas afrodescendientes, a que afronten los legados del pasado y procuren una justicia reparadora».

Asimismo, instó a adoptar planes de respuesta «que impliquen al conjunto del Gobierno» y estén «dotados de recursos suficientes».

Para la Alta Comisionada, este racismo sistémico implica que la población africana o de ascendencia africana se encuentra marginada económicamente y políticamente, sin el mismo acceso a la educación o la atención sanitaria de calidad, o sin una representación adecuada en la sociedad.

Por ello, recomienda la recopilación y publicación de estadísticas desglosadas por raza o etnia para «entender mejor la magnitud del racismo sistémico (…) y para evaluar la eficacia de las medidas de política».

En países donde se desglosan, los números son inquietantes, señala el informe.

En Canadá, un negro tiene 20 veces más probabilidades de verse involucrado en un tiroteo mortal con la policía.

En Reino Unido, hay seis controles policiales por cada 1.000 blancos y 54 por cada 1.000 negros.

Y según un informe de Francia en 2016, los jóvenes negros o magrebíes tenían 20 veces más probabilidades de ser sometidos a un control de identidad que el resto.

También examinó 190 casos de personas africanas o afroamericanas fallecidas en contactos con las fuerzas del orden y señaló que «en muchos de los incidentes examinados, (…) las víctimas no representaban una amenaza inminente de muerte o lesiones graves que justificara el nivel de fuerza utilizado».

«Excepto el caso de George Floyd, ninguna persona ha sido declarada responsable de estas muertes y las familias esperan todavía verdad y justicia», desveló Mona Rishmawi, jefa del servicio de Estado de derecho, igualdad y no discriminación del Alto Comisionado.

El informe apunta a «la necesidad largamente postergada de hacer frente a los legados de la esclavitud, la trata transatlántica de esclavos africanos y el colonialismo, y de procurar una justicia reparadora» y subraya «la falta de un reconocimiento oficial de la responsabilidad de los Estados», instituciones y personas que participaron de esos hechos y se siguen beneficiando.(Télam)

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