Larga espera: ¿por qué Perú no tiene nuevo presidente a más de una semana del balotaje?
Por Sergio Llerena Caballero
El domingo 6 de junio se celebró la segunda vuelta de las elecciones en Perú entre los candidatos Pedro Castillo, de Perú Libre (izquierda) y Keiko Fujimori, de Fuerza Popular (derecha) y todo apunta a que va a pasar un buen tiempo para que el país tenga un nuevo presidente. ¿Por qué?
Todos los sondeos previos al balotaje indicaban que la elección iba a estar muy ajustada, algo que fue confirmado el domingo del sufragio cuando el conteo rápido de la empresa Ipsos dio como ganador a Castillo con 50,2 por ciento frente a Fujimori con 49,8 por ciento.
En la tarde del miércoles 9, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) finalizó el conteo de votos dando ventaja al candidato izquierdista con un 50,198 por ciento de las preferencias frente al 49,802 por ciento de Fujimori.
Sin embargo, ese mismo día por la noche, Fujimori, quien además el martes denunció «indicios de fraude» aunque sin presentar pruebas, anunció que su partido iba pedir la nulidad de 802 mesas con sendas actas, algo que, calculó, haría desaparecer un promedio de 200.000 votos.
BORRAR VOTOS
Fuerza Popular argumentó que pediría la nulidad de las actas por supuestas irregularidades, citando tres principales: que las firmas de los miembros de mesas consignadas en las actas no coincidían con las firmas que figuran en los documentos de identidad; que había mesas con miembros con el mismo apellido, por lo que serían «familiares»; y que las sumas de votos en algunas mesas se habían falsificado en favor de Castillo.
Lo suspicaz en el pedido de Fujimori es que la mayoría de las actas que se pretendía anular proviene de localidades andinas del centro y sur del país, jurisdicciones donde Castillo logró mponerse por amplio margen, superando en algunos departamentos sureños como Cusco o Ayacucho el 80 por ciento de las preferencias.
Es decir, el fujimorismo estaría buscando anular votos en zonas «castillistas» del país.
Luego del anuncio de los pedidos de nulidad, con Keiko denunciando la puesta en marcha de un «fraude en mesa», ocurrió un hecho procesal que generó una nueva controversia cuando, ya al viernes, todas las misiones de observadores internacionales, incluida la de la OEA, habían resaltado la transparencia del proceso.
Según la Ley Electoral, cualquiera de los dos partidos del balotaje tenía como plazo para ingresar los pedidos de nulidad las 20.00 horas del miércoles 9; algo que denunció el medio IDL Reporteros tras enterarse que el Pleno del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), máximo ente electoral del país, estaba admitiendo pedidos fuera del plazo.
RESPETO A LOS PLAZOS
Esta admisión extemporánea la tomaron por un acuerdo celebrado la mañana del viernes 11. Así, revelada esta irregularidad, Perú Libre llamó a sus simpatizantes a salir a las calles a «defender el voto del pueblo», creando un clima de tensión que hizo retroceder al JNE en su decisión y apegarse a lo que establece la ley.
¿Por qué el JNE dio marcha atrás? Según su presidente, Jorge Salas Arenas, porque se consideró una sentencia de 2011 del Tribunal Constitucional que determina que «el proceso electoral debe ser entendido como un conjunto de etapas con efectos perentorios (no prorrogables) y preclusivos (sujeto a plazos)».
Esta decisión del JNE afectaría las pretensiones de Fuerza Popular pues, según un informe del medio Ojo Público, el partido fujimorista sólo habría podido ingresar 134 pedidos de nulidad dentro del plazo y no los 802 que quería en un principio.
El sábado 12, con ambos partidos llamando a sus simpatizantes a las calles, se dieron dos marchas en Lima (centro): la de Fuerza Popular protestando contra un supuesto fraude, y la de Perú Libre llamando a respetar lo que «ya ha decidido el pueblo».
La revisión de los pedidos de nulidad están a cargo de los Jurados Nacionales Especiales (JEE), instancias previas al JNE, y por la tensión política esta tarea está tomando mucho tiempo más del normal. Además, Fuerza Popular ha deslizado que apelará las decisiones en su contra con tal de que «no le roben la elección».
Según informan los JEE, pocos pedidos de Fuerza Popular han sido admitidos por no ser consistentes con sus acusaciones, pero el clima de crispación general parece señalar que va a pasar mucho para que el JNE esté en capacidad de nombrar un ganador, o que ambos partidos puedan aceptar los resultados aún si le son adversos. Perú está a la espera. (Sputnik)
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