Hogar de Cristo lanza campaña para que periodistas informen sin discriminar a los adultos mayores
“Yo no soy tu abuelita”, se llama y tiene un glosario para comunicadores en general.
El 3 de febrero pasado, cuando en Chile se inició la vacunación masiva contra el COVID-19, partiendo por los ciudadanos nonagenarios y de más edad, el despliegue de errores comunicacionales en los medios en materia de respeto a la dignidad de las personas mayores fue de antología.
El trato paternalista, compasivo, el equivocado uso del abuelito, del “don” y del “doña”, de los diminutivos y de muchas otras sutiles expresiones no sólo verbales, hizo que varias organizaciones reaccionaran. Hogar de Cristo se manifestó con la carta “No abuelizar” y la fundación GeroActivismo publicó online “Escribir sin edadismo, escribir con geroactivismo: Guía de estilo para comunicar de forma responsable, objetiva y realista sobre las personas mayores en Chile”.
Por su parte, la Dirección Social y la de Comunicaciones del Hogar de Cristo empezaron a consolidar un documento –acopiando varios ya existentes– que, aunque se llama “Yo no soy tu abuelita: Glosario para comunicar sin discriminar”, abarca todas las líneas de trabajo de la fundación, no sólo la de los adultos mayores. También incluye el trato que se suele dar a las personas en situación de calle, a la infancia vulnerada, a los niños, niñas y jóvenes que están fuera del sistema educativo, a los adultos con consumo problemático de alcohol y de otras drogas, a quienes están excluidos del mercado laboral y a hombres y mujeres que tienen discapacidad mental. En suma, a los grupos más pobres y vulnerables de nuestra sociedad, donde a la violación de todos o casi todos sus derechos básicos, se agrega la falta de respeto a su dignidad como seres humanos. El Glosario también incluye conceptos del ámbito social y la sociología, que se han puesto de actualidad en el marco de la realidad social y política del último par de años, y varios otros que son nuevos, tal como es reciente el uso del lenguaje inclusivo. Esos términos transversales incluyen varios que tienen que ver con migración, con la minorías LGBTIQ+, sigla formada por la primera letras de las palabras lesbiana, gay, bisexual, transgénero, transexual, travesti, intersexual y queer, y con otros grupos excluidos, como las personas privadas de libertad.
“Yo no soy tu abuelita: Glosario para comunicar sin discriminar”, está orientado a comunicadores de prensa y de empresas masivas, sino a quienes trabajan de manera regular con estas poblaciones marginadas, como las policías, los trabajadores de la salud y de las distintas instituciones del Estado. Pero –sin duda– es particularmente relevante para comunicadores y profesionales de departamentos de prensa, así como para alumnos de escuelas de periodismo, porque el lenguaje no es trivial. Los comunicadores tienen una gran responsabilidad en perpetuar estereotipos y actitudes y conductas discriminaciones hacia los grupos poblacionales más excluidos y deben ser conscientes de ello al expresarse. Por eso, tal como se lee en el prólogo: “Proponemos que este Glosario sea visto como una caja de herramientas, de instrumentos, para hacer un mejor trabajo, más responsable, en una materia particularmente delicada: la pobreza, donde las expresiones utilizadas portan una carga valorativa mayor que en cualquier otro campo de investigación y de cobertura mediática. Escoger una definición en lugar de otra puede indicar a veces inclinaciones políticas, sociales e incluso morales, confundiendo a la opinión pública, fortaleciendo prejuicios e instalando estigmas”.
El Glosario está disponible a partir de este lunes 7 de junio en la sección Publicaciones del sitio www.hogardecristo.cl para todo el que quiera conocerlo. Y los medios de prensa y escuelas de periodismo que se interesen pueden incluso solicitar una charla sobre su contenido preparada por el director social del Hogar de Cristo, el psicólogo Paulo Egenau.
“Las personas pobres tienen menos de todo: autonomía, movilidad social, privacidad. Aunque todos reconocemos que la protección de la vida privada es esencial en un estado democrático y que nos genera dignidad, humanidad y autonomía, al parecer, eso no aplica para quienes viven en pobreza y exclusión social, como son las personas en situación de calle. Es como si ellas fueran depositarias de versiones más débiles de este derecho tan importante para todos, por eso hay que cuidar el trato comunicacional que les damos, ser respetuosos y no perpetuar estereotipos”, concluye Paulo Egenau, resumiendo el objetivo que hay detrás de este glosario.