Duque califica de «terrorista» ataque a cuartel militar y anuncia ayuda del FBI

Asimismo, anunció una recompensa de 500 millones de pesos colombianos (más de 134.000 dólares) por los responsables y la creación de un grupo especial de criminalística para esclarecer el hecho, y aseguró que el FBI está apoyando la investigación

El presidente de Colombia, Iván Duque, calificó de “terrorista” el ataque al cuartel del Ejército que dejó ayer 36 heridos, ofreció una recompensa por información sobre los responsables y sostuvo que, como el objetivo fue «afectar» a los asesores militares estadounidenses que estaban en la base, el FBI ayudará con la investigación.

«Mi solidaridad a nuestro Ejército Nacional por este ataque cobarde, miserable, que se ha perpetrado contra su personal, las instalaciones, que ha buscado afectar a personal de la Fiscalía y también a militares que prestan asistencia militar a nuestro país provenientes de Estados Unidos», aseguró Duque al llegar a Cúcuta anoche, apenas horas después de que un coche bomba estallara en un cuartel en esa localidad.

Asimismo, anunció una recompensa de 500 millones de pesos colombianos (más de 134.000 dólares) por los responsables y la creación de un grupo especial de criminalística para esclarecer el hecho, y aseguró que el FBI está apoyando la investigación, informó el medio local Caracol.

«¡Canalla y cobarde el atentado en Cúcuta! Los terroristas y sus aliados saben que ni ellos, ni sus vínculos con el narcotráfico, lograrán amedrentarnos como Nación. Este acto de crueldad tendrá consecuencias ante la justicia. Solidaridad y respaldo absoluto a FFMM y el Ejército colombiano», publicó en Twitter este mediodía la vicepresidenta y canciller Marta Lucía Ramírez.

Duque previamente había declarado en conferencia de prensa que el Gobierno manejaba dos hipótesis: «Una asociada con el Grupo Armado Residual, GAOR 33 (uno de los sectores de las exFARC que no adhirió al acuerdo de paz) y otra con el Ejercito de Liberación Nacional, ELN», según el diario El Tiempo.

Horas más tarde, el Fiscal General, Francisco Barbosa, mencionó que de todas las hipótesis «una muy importante es la que detrás del hecho está el ELN», aunque sin descartar las otras, entre ellas la de GAOR 33.

Hasta ahora, la versión oficial del ataque es que una camioneta Toyota blanca ingresó al cuartel de la Brigada 30 en Cúcuta a las 15 de ayer. En el vehículo iban dos hombres que se hicieron pasar por funcionarios públicos.

Una vez dentro del cuartel, hicieron detonar los explosivos que llevaban en la camioneta.

Según una corrección del Ministerio de Defensa, que anoche informó de 55 heridos, la cifra final son 36 personas lesionadas.

La Brigada 30 estaba acompañada por asesores militares estadounidenses porque se considera una unidad del Ejército estratégica para Colombia.

Opera en la zona de frontera con Venezuela, una región donde actúan grupos guerrilleros y cárteles del narcotráfico, tanto de un lado como del otro.

El ministro de Defensa, Diego Molano, confirmó hoy que los militares estadounidenses no sufrieron heridas y la embajada de ese país en Bogotá repudió el ataque y confirmó la presencia de sus uniformados.

Cúcuta es la capital del departamento de Norte de Santander, donde se enfrentan el ELN, el grupo ilegal los Pelusos, remanentes de una insurgencia maoista desmovilizada; disidentes de las exFARC y numerosas bandas de narcotraficantes.

Los grupos armados se disputan el control de 41.000 hectáreas de hoja de coca en la región, importante ruta de contrabando hacia Venezuela y el Caribe.

El Gobierno de Duque, que también es acusado de debilitar el cumplimiento del acuerdo de paz con las FARC, rompió en 2019 el diálogo que había inaugurado su antecesor, el premio Nobel de la Paz Juan Manuel Santos, con el ELN luego que esta guerrilla reivindicara un ataque con coche bomba contra una Escuela de Cadetes en Bogotá, que dejó 22 estudiantes y al atacante muertos.

El acuerdo de paz con las FARC redujo la violencia política en Colombia, pero desató una guerra por el control de los territorios antes en manos de la guerrilla y sobre los que el Estado sigue sin avanzar, excepto a través de sus ofensivas militares contra estos grupos.

Además, se suma que el país hace casi 50 días se encuentra sumergido en una crisis política y social con masivas manifestaciones y una cruenta represión policial que desembocó en bloqueos en parte del país, más de 60 muertos, cientos de heridos y poco menos de cien desaparecidos.

El fiscal Barbosa reveló que la investigación mostró que el autor del atentado habría recibido dos pagos, entregados por terceros, de hasta 120 millones de pesos colombianos (32.100 dólares).

Por su parte, el comandante del Ejército de Colombia, Luis Fernando Navarro, responsabilizó directamente al ELN y a dos de los cabecillas de su Frente de Guerra Urbano, alias ‘Julián’ y alias ‘Rolo’, reportó la agencia DPA.

Navarro también reveló que fueron separados de sus cargos los encargados del servicio de vigilancia del cuartel, un alto oficial de operaciones y dos comandantes, entre ellos el del batallón número 30 por las deficiencias en la seguridad de las instalaciones.(Télam)

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