Tras reconocer la derrota electoral en Madrid, Pablo Iglesias se retira de la política

“Dejo todos mis cargos. Dejo la política entendida como política de partido e institucional”, aseguró el dirigente frente a sus seguidores en el bunker electoral en Madrid.

El ex número dos del Gobierno español, líder de la fuerza de izquierda Unidas Podemos y candidato a la Asamblea de Madrid, Pablo Iglesias, anunció hoy que se retira de la política, tras reconocer una contundente derrota en la capital con el conservador Partido Popular.

“Dejo todos mis cargos. Dejo la política entendida como política de partido e institucional”, aseguró el dirigente frente a sus seguidores en el bunker electoral en Madrid.

Escrutado el 88,9%, Díaz Ayuso suma 64 bancas, al conseguir algo más del 44% de los votos, mientras que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) alcanza un 17% de los sufragios, lo que le otorga 25 plazas, apenas una más que la nueva fuerza de izquierda Más Madrid. Mientras, la extrema derecha de Vox tendría 13 bancas y el aliado de izquierda del PSOE en el Gobierno nacional, Podemos, 10.

Frente a la sede partidaria, los principales dirigentes del PP, Pablo Casado y la propia Díaz Ayuso, celebraron una victoria que consideraron “un triunfo de la libertad” y un «primer paso» de cara a las próximas elecciones nacionales.

La participación en esta elección autonómica fue récord, pese a que la elección se realizó un día laborable y en plena pandemia. Más del 80,7% de los madrileños emitieron su voto, lo que supone casi 16,5 puntos porcentuales más que en los comicios de 2019 y más de 10 puntos porcentuales que en 1995.

Pese que el oficialismo a nivel nacional del jefe de Gobierno, Pedro Sánchez, sale golpeado con este resultado, el gran perdedor de la jornada sería la fuerza liberal Ciudadanos, que no llegaría al umbral del 5% de votos necesarios para empezar a sumar escaños, por lo que pasaría de tener 26 diputados locales a ninguno.

Aunque aún no estará claro si el PP necesitará a Vox para gobernar, los resultados fueron celebrados como una victoria contra la izquierda por la fuerza de extrema derecha.

«Los madrileños han dado la espalda a Podemos y no ha conseguido llevar la violencia ejercida contra nosotros durante la campaña a los colegios electorales», escribió en Twitter el vicepresidente primero de Vox, Jorge Buxadé, y luego lo repitió frente a sus seguidores en el bunker electoral.

El nuevo Poder Legislativo de la capital española asumirá el 8 de junio próximo y tendrá como máximo 15 días para proponer el nombre del próximo presidente del Gobierno local.

En otras palabras, Díaz Ayuso tiene más de un mes y medio para negociar y sellar una alianza de Gobierno con Vox, como pronostican la mayoría de los analistas en España por estas horas, si el número final la obliga a negociar.

El oficialismo nacional de centro-izquierda había intentado jugar fuerte para evitar no solo una reelección del PP, sino un corrimiento aún más a la derecha con una coalición de Gobierno con Vox, como se perfila hora.

Por ejemplo, Pablo Iglesias, de Unidas Podemos, renunció a la vicepresidencia del Gobierno español para dar pelea como candidato, y. aunque Mónica García, médica, feminista y representante de Más Madrid, una escisión de la izquierda, hizo una buena elección mejorando el resultado anterior del diputado Íñigo Errejón, no le alcanzó para frenar la mayoría de votos de derechas.

Se trata de las primeras elecciones en Madrid desde el estallido de la pandemia del coronavirus en marzo de 2020, que sacudió con especial ímpetu la capital española, que tuvo que improvisar hospitales de campaña y una morgue en una pista de patinaje sobre hielo.

Con 15.000 muertes de un total de 78.000 en el país, la región capitalina registra una de las peores incidencias por la Covid-19, con un 45% de sus camas de terapia intensiva ocupadas con pacientes de esta enfermedad.

Los conservadores confiaban en capitalizar la arriesgada política de medidas laxas promovida desde hace casi un año por Díaz Ayuso, que se tradujo en la apertura continuada de bares, restaurantes y salas de espectáculos, y parece que han tenido éxito.

Esta resistencia a las presiones del Gobierno central y la oposición para que endureciera restricciones, indican los sondeos, le valió amplias simpatías.

El resultado de estos comicios anticipados sólo tendrá una validez de dos años, ya que los madrileños deberán votar de nuevo en 2023, cuando a más tardar se celebrarán elecciones legislativas nacionales.

A la espera de esa cita, el PP, desbancado del poder central en 2018, presentó la «batalla de Madrid» como la antesala de la futura pugna electoral con el socialista Sánchez, quien gobierna en coalición con la fuerza de izquierda Unidas Podemos.

«Esta campaña también es decisiva para España porque va a marcar un antes y un después», afirmó Díaz Ayuso al pedir el voto más temprano.

Los comicios se desarrollaron luego de una las campañas más hostiles que se recuerden, que incluyó amenazas de muerte contra varios políticos, y en un clima de eslóganes lanzados entre bloques a modo de invectivas («comunismo o libertad», «fascismo o democracia»).

En medio de ese clima, los debates sobre problemas concretos como la gestión de la pandemia, la carestía de la vivienda o la inversión en servicios públicos se hicieron oír poco.

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El Periodista