Marruecos insiste ante España que juzgue a líder del Polisario

Acoger a Brahim Ghali es un acto "rechazado y condenado" que contradice la calidad de las relaciones entre Marruecos y España, señaló la cancillería del país africano.

Después de que asociaciones españolas víctimas del terrorismo pidieran la “detención inmediata” del jefe del Polisario, Brahim Ghali, quien fue ingresado por el gobierno español en un Hospital de Logroño, observadores de DDHH han sido unánimes en calificar la situación como una «grave desviación de las costumbres y normas diplomáticas» por parte de España frente a Marruecos.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Marruecos, por su parte, señaló que el uso de consideraciones humanitarias no justifica esta posición negativa del gobierno español, ni constituye una excusa para la inacción del Poder Judicial español, a pesar de sus documentadas denuncias de las víctimas en contra de Brahim Ghali.

«La ley no se puede aplicar y los derechos de las víctimas no se preservan con esta política de doble rasero», señala un comunicado dado a conocer ayer.

Desde que España recibió en su territorio al líder del Polisario, acusado en los tribunales del país europeo de «crímenes de guerra y flagrantes violaciones de los DDHH», los responsables españoles han multiplicado las declaraciones tratando de justificar este acto grave y contrario al espíritu de asociación y buena vecindad», recordó el ministerio.

El ministerio marroquí subrayó que las consideraciones humanitarias tampoco pueden explicar la inacción de la justicia española, a sabiendas de que esta está debidamente informada de denuncias documentadas. «La aplicación de la ley y la preservación de los derechos de las víctimas no pueden hacerse con doble rasero ni pueden sufrir un doble estándar», insistió.

El ministerio añadió, en su no a España, que «las consideraciones humanitarias no pueden constituir una fórmula mágica que se concede selectivamente al líder de la milicia Polisario, en un momento en que miles de personas viven en condiciones infrahumanas en los campamentos de Tinduf. Esta manera de hacer, delata la complicidad en el proceso de suplantación de identidad y fraude, así como uso de pasaporte falso, con la intención de defraudar deliberadamente a la ley».

Por otro lado, los partidos marroquíes representados en el Parlamento consideraron que la acogida por parte de España es un acto «inadmisible y condenable» que contradice la calidad de las relaciones entre Marruecos y España, países vecinos y socios estratégicos.

Estos partidos insistieron, en un comunicado conjunto emitido tras una reunión, el sábado en Rabat, con el jefe de Gobierno, Saad Eddine El Othmani, en presencia del ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el exterior, Nasser Bourita, y del ministro de Estado encargado de los Derechos humanos y de las Relaciones con el Parlamento, Mustapha Ramid, que esta acogida constituye «un acto rechazado y condenado, y una clara provocación al Reino de Marruecos, además de contradecir la calidad de las relaciones bilaterales entre los dos pueblos y países y la buena vecindad, especialmente porque se trata de una persona procesada por graves acusaciones relacionadas con violaciones de derechos humanos, crímenes de lesa humanidad y graves violaciones de los derechos de los detenidos en los campamentos de Tinduf, que no pasan desapercibidos”.

En este texto, Marruecos acusa a España de omitir de manera premeditada la acogida del líder del Frente Polisario. El Gobierno marroquí, además, sostiene, que la decisión de las autoridades españolas «no es una simple omisión», sino un «un acto premeditado, una elección voluntaria y una decisión soberana del gobierno de Sánchez, de la que Marruecos toma nota» y de la que «extraerá todas sus consecuencias», dando por «inválidas» las razones humanitarias que España ha esgrimido para acoger al líder del Polisario.

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El Periodista