Fustigan negacionismo de Bolsonaro y confirman que hubo presión para recetar cloroquina
El presidente de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), Antonio Barra Torres, se distanció hoy del negacionismo del presidente Jair Bolsonaro, confesó que parte del Gobierno quería cambiar el prospecto de un remedio contra la malaria para ofrecerlo contra la Covid-19 y anunció que espera nueva documentación para poder aprobar la vacuna Sputnik V en Brasil.
Torres hizo declaraciones reveladoras ante la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) que investiga la gestión sanitaria del Gobierno y trabaja con la hipótesis de que, sin anunciarlo, el Poder Ejecutivo habría buscado una inmunización de rebaño sin la necesidad de vacunar ni de evitar fallecimientos.
Barra Torres confirmó lo que había denunciado el exministro de Salud Luiz Mandetta ante los senadores y contó que en el Palacio del Planalto, la sede presidencial, en 2020 hubo una reunión de funcionarios a la que fue invitado para que revisara un decreto que debía firmar el presidente.
El objetivo era que Anvisa cambiara el prospecto de la cloroquina, remedio contra la malaria cuya producción y uso contra la Covid-19 defiende Bolsonaro, pese a que no tiene base científica.
«Esto provocó una reacción maleducada y con malos modales de mi parte porque el prospecto sólo puede cambiarlo el fabricante y la agencia reguladora», dijo el titular de Anvisa, quien contó que se fue de la reunión.
En ese encuentro estaban también el entonces ministro Mandetta, el hoy ministro de Defensa y exjefe de gabinete Walter Braga Netto, y una doctora conocida por asesorarlo en temas de cloroquina al presidente Bolsonaro, Nise Yamaguchi, quien no tiene cargo.
Médico de profesión con 20 años de experiencia, el contraalmirante Barra Torres es un bolsonarista que hoy reivindicó que la agencia es de «Estado» y no de «Gobierno» y que sus directores son elegidos por concurso y son funcionarios de carrera.
Incluso se diferenció de las actitudes de Bolsonaro y se arrepintió de haber participado de una aglomeración oficialista en marzo de 2020 a favor del presidente cuando se comenzaba a reclamar un distanciamiento social desde los Gobiernos estaduales y municipales y los expertos de la sociedad civil.
A lo largo de su comparencia en el Senado, el relator de la CPI, Renán Calheiros, recordó varias declaraciones de Bolsonaro contra el distanciamiento social, a favor de la cloroquina, contra las vacunas, en especial contra las chinas, y sobre la falta de obligatoriedad de la inmunización.
«Todo eso que usted está diciendo va en contra de todo lo que hemos defendido en todas nuestras manifestaciones públicas mías y de los directores de Anvisa», afirmó Barra Torres.
El funcionario negó que el presidente haya querido presionarlo en algún momento porque argumentó que el principal asesor del mandatario es el ministro de Salud, no él.
«El problema es cuando más de una persona se transforma en el principal asesor además del ministro», destacó y fue aún más duro con su jefe y amigo Bolsonaro, quien el domingo pasado hizo un asado con amigos en la piscina del Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial, y un paseo con 1.500 motociclistas por las calles de la capital federal.
«Hablar en contra de una vacuna o de las vacunas va en contra de la tradición de Brasil en el tema vacunas. La vacuna es esencial. Pienso que la población no debe orientarse por conductas de esa manera. La población debe orientarse por lo que está siendo divulgado por los órganos de la línea de frente al enfrentamiento de la enfermedad», dijo y agregó que no hay motivos para que el presidente se moleste con su declaración.
Barra Torres es el cuarto invitado que da testimonio ante la comisión investigadora del Senado, una institución que no tiene poder de policía pero puede elevar una denuncia ante el fiscal general.
Antes que él estuvieron frente a ese mismo micrófono el ministro Marcelo Queiroga y los exministros Mandetta y Nelson Teich.
La presencia más esperada, sin embargo, es la del general Eduardo Pazuello, ministro de Salud entre mayo de 2020 y marzo de 2021, y en el foco de la tormenta por la muerte de pacientes en enero en la capital amazónica de Manaos por falta de oxígeno y por trabajar institucionalmente a favor de distribuir remedios sin comprobación científica como una cura milagrosa frente a la Covid.
En su testimonio de hoy, Barra Torres también defendió la continuidad de la evaluación de la documentación de la vacuna Sputnik V, de Rusia, luego de haberla rechazado por considerar que los datos enviados no ofrecían seguridad adecuada a sus parámetros.
El funcionario dijo que no hizo tests en laboratorio de la vacuna rusa, sino que están analizando las 600 páginas entregada por el Instituto Gamaleya de Rusia, responsable científico de la vacuna, y datos ofrecidos por entidades como la Anmat, de Argentina.
«Están llegando más documentos para revisar la decisión en un futuro», informó el funcionario.
La Sputnik V en Brasil es impulsada por su posible fabricante, el laboratorio Uniao Quimica,y los nueve estados del nordeste -gobernados por dirigentes opositores-, que buscan importar 35 millones de dosis para acelerar la campaña de inmunización.
Barra Torres contó que en la región hubo entes reguladores que no entregaron toda las informaciones que pidió sobre la vacuna.
«México alegó que no podía enviar su documentación por tratarse de un asunto de confidencialidad y nuestra hermana vecina Anmat no contempló toda nuestras demandas apuntadas sobre la vacuna», dijo.
Barra negó presiones de Estados Unidos o de otros países para aprobar la Sputnik, como se había denunciado desde Moscú.
«Nuestra decisión no tiene nada negativo contra la vacuna, hasta el momento el proceso está detenido, esperando más documentación», afirmó.(Télam)