El secuestro fue uno de los pecados más graves que cometieron las FARC, dice Timochenko
Por Rafael Rey
Los secuestros fueron uno de los pecados más graves que cometieron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), porque contradijeron la propia ética de la organización, dijo quien fuera el último líder de esa guerrilla, Rodrigo Londoño, alias Timochenko.
«Es un daño que es imposible… destruimos familias enteras, porque ahí se afectaba no solamente la persona que estaba secuestrada, sino todo su entorno familiar, y creo que eso es uno de los pecados, por darle un nombre, más graves de los que cometimos en el desarrollo de esta lucha», reconoció el actual presidente del partido político Comunes, surgido en 2017 tras la disolución de la guerrilla.
Timochenko explicó que desde su origen, en 1964, «las banderas de las FARC eran las banderas de la igualdad», de buscar una sociedad más justa y equitativa, «que tenga en el centro al ser humano».
«Y eso implica una ética. Pero el secuestro, que lo hicimos inicialmente creyendo que era algo que estaba bien hecho, buscando las finanzas para ese proyecto, hoy en día uno dice que fue una equivocación que va en contra de la misma ética que nos impulsó a nosotros a sacarificarnos en esta lucha y a todos los que dejaron su vida en el camino», admitió.
“Fue una gran equivocación, que la estamos reconociendo y que estamos tratando de retribuir a la sociedad colombiana hasta donde más podamos”, agregó.
En setiembre de 2020, quienes integraban el Secretariado de las FARC antes de su disolución, reconocieron por primera vez de forma oficial que habían recurrido al secuestro durante los años de la guerrilla.
«Hoy, después de haber silenciado para siempre nuestros fusiles; en el sosiego de la vida civil que nos ha permitido la reflexión profunda sobre la guerra en la que participamos y fuimos protagonistas por más de 50 años, queremos decirles que el secuestro fue un gravísimo error del que no podemos sino arrepentirnos», escribieron entones en un comunicado quienes habían sido los principales líderes de la guerrilla.
Ese reconocimiento fue ratificado el pasado 30 de abril ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el tribunal creado tras los acuerdos de paz, para juzgar las violaciones a los derechos humanos cometidas durante el conflicto armado, tanto por parte de la guerrilla, como parte de actores estatales y paraestatales.
El 28 de enero de este año, la JEP había imputado a la guerrilla por este y otros delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra, cometidos en el marco del conflicto.
RESPUESTA DE LAS VÍCTIMAS
Timochenko valoró positivamente la posibilidad de diálogo con las víctimas de secuestros y otros crímenes cometidos por las FARC, y destacó la «buena actitud» que prevalece entre quienes alguna vez estuvieron cautivos de la guerrilla, o sus familiares, respecto al intercambio con sus captores.
«Hay de todo, porque es bastante complejo (pero), en general, hay una buena actitud, y más cuando se interactúa, cuando podemos conversar y escuchar, y escuchamos y nos escuchan también. Porque no se trata de que se conviertan a las ideas nuestras, se trata de hacer esfuerzos para reconciliarnos, porque no podemos seguir con las heridas abiertas, tenemos que sanarlas», expresó.
El exlíder de las FARC reconoció que hay gente que «no quiere en absoluto hablar del tema, en el sentido de la reconciliación», pero insistió en la buena disposición de la mayoría, como el caso de la exsenadora Íngrid Betancourt, quien estuvo seis años secuestrada.
«El mundo conoce su posición y conoce su historia (y ella) tiene una actitud muy positiva, no frente a nosotros, sino frente al proceso (de paz), que es lo más importante», explicó Timochenko.
Este viernes, el representante especial del secretario general de las Naciones Unidas en Colombia, Carlos Ruiz Massieu, y los enviados especiales para el Proceso de Paz en Colombia, saludaron el reconocimiento de parte de las FARC de haber cometido secuestros «y otras privaciones graves de la libertad».
«El reconocimiento público de los hechos y conductas, incluyendo la confirmación de la existencia de una política de secuestro de las antiguas FARC-EP, muestra el compromiso continuo con el Acuerdo Final de Paz y en particular con el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición de quienes dejaron las armas y están hoy en proceso de reincorporación», consignó la ONU en un comunicado.
NI CUBA NI VENEZUELA
En Colombia nunca se podrían poner en práctica modelos de Gobierno como los de Cuba o Venezuela, sino que este debe construirse «a la colombiana», tomando en cuenta la característica del país y sus habitantes, señaló Timochenko.
«Hay muchos países de los que se puede aprender, lo que no se puede es trasladar modelos aquí a Colombia», dijo a esta agencia el actual presidente del partido Comunes, surgido tras la disolución de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).
Timochenko explicó que «una de las estigmatizaciones» que sufre su partido y otras agrupaciones políticas opositoras, es la acusación de que «quieren montar un modelo (de Gobierno) «castro-chavista», en referencia a los gobiernos de Fidel y Raúl Castro, en Cuba, y el de Hugo Chávez, en Venezuela.
«Es una categoría que nadie sabe explicar de qué se trata», agregó el exguerrillero.
Timochenko afirmó que desde Comunes, partido fundado en 2017 y que cuenta con diez representantes en el Congreso, cinco en Diputados y otros cinco en Senadores, como parte de los acuerdos de paz firmados en 2016, el objetivo ha sido siempre «construir un modelo a la colombiana y construirlo entre todos».
El exguerrillero recordó que el suyo es «un país potencialmente muy rico», con riquezas naturales «de todo tipo» y una «gran biodiversidad», además del «factor humano», en el que destacó a los campesinos y los indígenas.
«Tenemos que construir un modelo que se nutra de todas esas experiencias», expresó, y añadió que aunque no se puedan aplicar en Colombia modelos de otros países, «incluso exitosos», hay que «aprender de ellos y ver qué sirve, de acuerdo a las condiciones concretas y a la idiosincrasia misma de los colombianos».
Timochenko fue el tercer y último comandante en jefe de las FARC, cargo que asumió en 2011, tras el fallecimiento de Guillermo León Sáenz, alias Alfonso Cano.
Pedro Antonio Marín, alias Manuel Marulanda, fue el primer comandante en jefe de la guerrilla.
Timochenko lideró los diálogos de paz que se desarrollaron desde octubre de 2012 en La Habana, entre las FARC y el Gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018), que derivaron en el Acuerdo de Paz de 2016. (Sputnik)
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