Unión se prepara para enfrentar a La Serena, salir del fondo de la tabla y salvar a Pellicer
Los rojos marchan penúltimo, con un camarín complicado y un entrenador al borde del despido.
El ánimo en Unión Española no solo está bajo por los malos resultados, que se agudizaron el lunes por la caída ante la U, sino también porque hay tensión en el camarín por las situaciones que viven Benjamín Galdames, quien fue sacado del primer equipo hasta no renovar su contrato, y Alejandro Chumacero, a quien Pellicer no considera porque, dicen en radio ADN, el internacional boliviano no se entrega en los entrenamientos.
Los rojos marchan penúltimos, con solo los tres puntos logrados en la primera fecha ante Wanderers y tienen tres derrotas consecutivas, ante Calera (0 a 1), Melipilla (0 a 2) y Universidad de Chile (1 a 2).
El sábado a las 15.30 los hispanos enfrentarán a La Serena de Humberto Suazo, con la idea clara de obtener los tres puntos y salir del fondo, pero también salvar a su técnico, quien no se mantendría en la banca con una derrota. Y, por eso, la prensa ya empieza a barajar los nombres que podrían reemplazarlo.
También según ADN «la dirigencia del cuadro hispano manejaría tres opciones para reemplazar a su actual director técnico: Ivo Basay, Miguel Ramírez y Hernán Caputto. Los tres se encuentran sin club.
Los tres, sin embargo, no convencen a una hinchada que se había hecho grandes expectativas con los 13 refuerzos, además en un año impar (Unión nunca ha campeonato en un par), porque sus campañas no fueron muy relevantes en el 2020.
Basay dejó a Palestino muy abajo hasta que fue reemplazado por José Luis Sierra, Ramírez no pudo llevar a Santiago Wanderers a un torneo internacional y Caputto no logra convencer por la irregularidad de la U en el torneo anterior.
Pellicer, mientras tanto, tendrá que revaluar sus decisiones, aprovechar el regreso de Ábrigo y quizá darle una oportunidad a Chamucero, quien no suma minutos en este torneo y apenas ha sido utilizado por el técnico hispano.
De lo contrario no se descarta que Segovia, quien ha estado muy callado desde Madrid, golpee la mesa y se caiga la banca.