Lo esencial es invisible a los ojos del gobierno
Por Catalina Barrera, Cientista política, UAHC
La Real Academia Española define el concepto esencial como “Sustancial, principal, notable”. Frente al escenario al que nos vemos enfrentados hoy por hoy a nivel global, resulta, por decir lo menos, delicado hablar de esencialidad, y es, precisamente lo que hizo el gobierno estos últimos días.
En el comunicado que se realizó el 1 de abril, el Ministerio de Salud señaló nuevas medidas de restricción de movilidad, y junto con ello, acotó, sin mayores precisiones, el concepto de “bienes esenciales”. Fue aquí donde quedaron en evidencia, una vez más, las debilidades que ha tenido el gobierno a la hora de tomar medidas para enfrentar la pandemia y el aumento de las cifras de contagios en nuestro país.
A pesar de que un par de días después se emitió un documento donde se señalaron distintas categorías “imprescindibles para la subsistencia”, esto no pasó inadvertido entre los chilenos y chilenas. Se abrió un debate y reflexión al que pocas veces se llega… ¿Qué es esencial? ¿la esencialidad es igualitaria y universal?
Observando la opinión, el comportamiento y las necesidades de la ciudadanía, indudablemente no lo es.
La situación sanitaria ha puesto en evidencia las profundas desigualdades económicas y sociales existentes en el mundo y también en nuestro país. Las restricciones para ejercer trabajos informales, los despidos masivos, el aumento de precios en determinados productos, entre otras cosas, han ido en perjuicio, principalmente, de los sectores más vulnerables.
Coincidentemente, mientras el gobierno anunciaba las nuevas medidas restrictivas, el Banco Mundial advierte que “2,3 millones de chilenos de clase media cayeron en la vulnerabilidad”, y, al mismo tiempo, la Revista Forbes destaca en sus titulares que “millonarios chilenos aumentaron su fortuna en 73%, pese a la pandemia”, donde Sebastián Piñera, figura en el cuarto lugar.
Observando ambas cifras, resulta necesario como sociedad, detenerse a reflexionar y hacerse partícipe de la toma de decisiones a través de las herramientas que el sistema político nos otorga, como, por ejemplo, el proceso eleccionario que se nos avecina, para así, ser parte de un cambio constitucional que siente las bases de una sociedad mas justa e igualitaria.