Intelectuales apoyaron y luego criticaron a la Segunda República Española
Algunos republicanos como Manuel Azaña, que fue presidente de la Segunda República Española, pertenecían al mundo de la cultura en España, donde el poeta Antonio Machado y otros intelectuales apoyaron al nuevo Gobierno proclamado el 14 de abril de 1931.(Télam)
Sin embargo, en 1932, los filósofos José Ortega y Gasset y Miguel de Unamuno adoptaron una posición crítica hacia las filas republicanas, durante los debates por la nueva Constitución del país, referidos a la disolución de las órdenes de la Iglesia católica.
El historiador liberal Gregorio Marañón, que había apoyado entusiastamente la proclamación de la Segunda República, dejó en claro su posición en una carta a José Ortega y Gasset, escrita poco después de las elecciones constituyentes, a fines de junio de 1931:
«Querido Ortega: no me deja el pensamiento de que hemos de decir algo al país en estos momentos. Hemos sido una fuerza grande para traer la república y hemos dado un sentido más alto que el que había hasta entonces al movimiento. Ahora se hunde, precisamente, ese sentido de dignidad», señala.
«Las pequeñas e inofensivas sandeces de los monárquicos sirven de pretexto para justificar la plebeyez de mala ley de los que nunca supieron hacer nada por el progreso de España ni por la república; y ahora quieren que ésta sea un instrumento de su exclusiva pertenencia. Perdone, pero estoy muy inquieto viendo tanta sandez», agrega.
Azaña, periodista y escritor de novelas, había recibido en 1926 el Premio Nacional de Literatura en España.
Cuando estalló la Guerra Civil en julio de 1936, el bando republicano logró el apoyo de numerosos artistas y poetas nacionales y internacionales como Luis Cernuda, Jorge Guillén, Federico García Lorca, Rafael Alberti, el argentino Raúl González Tuñón, el chileno Pablo Neruda y los escritores George Orwell y Ernest Hemingway, entre otros.
La intentona golpista del 17 y 18 de julio de 1936, encabezada por el caudillo Francisco Franco degeneró luego en Guerra Civil, que se extendió hasta 1939, dejando entre 500.000 y 750.000 muertos, según distintos historiadores
El poeta comunista Miguel Hernández fue condenado a muerte por la justicia franquista, pero su pena fue conmutada luego a treinta años de prisión.
Hernández, conocido en las ultimas décadas a través de la interpretación de sus poemas que hizo el cantante catalán Joan Manuel Serrat, contrajo tuberculosis en la cárcel donde murió, a los 31 años, el 28 de marzo de 1942.
En uno de sus poemas, llamado «Canción última», referido a la vida de aquellos años, Hernández dice: «Pintada, no vacía: pintada está mi casa/ del color de las grandes pasiones y desgracias/ Regresará del llanto, adonde fue llevada/ con su desierta mesa/ con su ruinosa cama».
«Florecerán los besos sobre las almohadas/ Y en torno de los cuerpos/ elevará la sábana/ su intensa enredadera/ nocturna, perfumada/ El odio se amortigua detrás de la ventana/ Será la garra suave/ Dejadme la esperanza», señala el gran poeta nacido en la ciudad española de Orihuela.
La República, con sus aciertos y defectos, supuso un primer intento de establecer un sistema democrático en España.
Peor fue lo posterior.
Gabe Abrahams Villaescusa (Sevilla)