Ecuador elige presidente en cerrado duelo entre el correísmo y la derecha
Con 36 años, Arauz, un economista formado en Estados Unidos, podría convertirse en el mandatario más joven de Latinoamérica, mientras Lasso, un exbanquero de 65 años, se juega quizá su último chance tras perder las elecciones en 2013 y 2017.
Los ecuatorianos votan hoy en balotaje a su próximo presidente entre Andrés Arauz y Guillermo Lasso, en una contienda ajustada entre el correísmo y la derecha conservadora por gobernar un país dividido, en crisis económica y azotado por la pandemia de coronavirus.
Aunque rige una veda de encuestas, varias firmas prevén un cabeza a cabeza por el repunte del derechista Lasso luego del primer turno del 7 de febrero, cuando alcanzó el 19,74% de los votos contra 32,72% de Arauz, delfín del expresidente Rafael Correa.
Los indecisos rondan un 15%.
Lasso y Arauz protagonizan además un choque de generaciones y estilos que se decidirá con el voto obligatorio de 13,1 millones de ecuatorianos, que comenzaron a acudir a las urnas a partir de las 7, informó la agencia de noticias AFP.
Las mesas cerrarán a las 17 (las 18 en Chile).
Con 36 años, Arauz, un economista formado en Estados Unidos, podría convertirse en el mandatario más joven de Latinoamérica, mientras Lasso, un exbanquero de 65 años, se juega quizá su último chance tras perder las elecciones en 2013 y 2017.
Arauz es reconocido por ser el delfín de Correa, presidente entre 2007-2017, figura gravitante en esta contienda, pese a que lleva cuatro años fuera de Ecuador y arrastra una condena por corrupción que él tacha de persecución política.
En cambio Lasso encarna al anticorreísmo que agrupa a la derecha tradicional, empresarios, algunos medios de comunicación y a los desencantados con el socialismo del siglo XXI que pregonó el exjefe de Estado.
Quien venza tomará las riendas de este país de 17,4 millones de habitantes a partir del 24 de mayo, en reemplazo del impopular Lenín Moreno, quien se va del cargo acosado por las críticas al manejo del coronavirus y su efecto económico.
En 2020 la dolarizada economía retrocedió un 7,8% y la deuda pública (interna y externa) aumentó hasta alcanzar un 63% del PIB.
Arauz promete un gobierno «progresista» para resolver la crisis económica que agravó la pandemia, con medidas como la renegociación de un acuerdo con el FMI por 6.500 millones de dólares, mientras Lasso es contundente: promoverá el libre comercio.
Los indígenas, que quedaron a las puertas del balotaje con su candidato Yaku Pérez, un anticorreísta de izquierda que alegó un supuesto robo de elecciones, aparecen como una fuerza determinante en los comicios.
Sin embargo su voto se fraccionó camino a la segunda vuelta entre el nulo, que alienta Pérez, y el apoyo a Arauz y en menor medida a Lasso.
Ninguno de los dos finalistas contará con mayoría legislativa y tendrá que negociar con Pachakutik, el partido indígena que logró la segunda votación para la Asamblea detrás de Unión por la Esperanza (Unes), el movimiento de Arauz.
Creando Oportunidades (Creo), la fuerza de Lasso, tendrá una representación mínima.
Muy activo en la primera vuelta, Correa apareció mucho menos en la recta final, en un intento por proteger a su delfín de las fuerzas que lo repelen.
El exmandatario está en Bélgica desde 2017. Moreno, su exvice, lo sucedió en el cargo, apoyado en la popularidad del Gobierno socialista, pero rápidamente se desmarcó de Correa y precipitó la fractura de la izquierda dominante.
Correa fue condenado por la Justicia en ausencia, pero desde el autoexilio jalonó la candidatura de su antiguo asesor económico.
El coronavirus, en tanto, puso al desnudo las deficiencias del sistema público de salud, afectado por las políticas de ajuste del Gobierno, y destapó también cientos de irregularidades en la compra de materiales médicos.
Aunque atrás quedaron las escenas de colapso sanitario con cuerpos en las calles de abril de 2020, el país atraviesa actualmente un fuerte incremento de casos, con estado de excepción por 30 días en ocho provincias, donde vive cerca del 70% de la población.
Los resultados preliminares podrán conocerse dos horas después del cierre de las mesas, cuando el órgano electoral planea publicar «una proclamación preliminar, una tendencia», dijo su titular, Diana Atamaint.
Ante la polémica que causó en la primera vuelta las diferencias entre el conteo rápido y el definitivo -publicado dos semanas después de la cita electoral-, Atamaint precisó que no se podrán dar los resultados finales hasta conocer el recuento de los lugares de difícil acceso y de las tres circunscripciones del exterior. (Télam)