Biden llamó a la calma tras protestas por otra muerte de hombre negro a manos de la policía
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llamó hoy a la calma tras lamentar el fallecimiento "trágico" ayer de otro joven negro por un disparo policial en Minneapolis, hecho que devino en masivas protestas desde anoche y hasta esta madrugada en esa ciudad, donde se celebra un juicio contra un policía blanco acusado de matar el año pasado al afroamericano George Floyd.(Télam)
«Lo que ocurrió» ayer en Brooklyn Center, un suburbio de Minneapolis, afirmó Biden en alusión a la muerte de Daunte Wright -quien recibió un disparo la víspera por la policía durante un control de tráfico-, «es verdaderamente trágico, pero creo que hay que esperar a ver lo que muestra la investigación».
«Sabemos que la ira, el dolor y el trauma en medio de la comunidad negra es real», dijo el mandatario, pero remarcó que eso «no justifica la violencia y los saqueos» y que solo las manifestaciones pacíficas «son comprensibles», citado por AFP
Tras horas de mucha tensión, el comandante de la Policía local dio una primera explicación del caso: «El oficial sacó su pistola en lugar del taser.; fue una descarga accidental que resultó en la trágica muerte» del afroestadounidense Wright, aseguró Tim Gannon, jefe de la fuerza de la localidad de Brooklyn Center en una conferencia de prensa.
Los manifestantes se habían concentrado a la noche frente a la estación policial que dirige Gannon en Brooklyn Center, una localidad de 30.000 habitantes ubicada a orillas del río Misisipi y al noroeste de Minneapolis, y fueron reprimidos por la policía con gases lacrimógenos y granadas ensordecedoras.
Hacia la medianoche, la Guardia Nacional se desplegó en el lugar, y el alcalde de Brooklyn Center, Mike Elliott, declaró un toque de queda desde la 1 a la 6.
Cuando la presencia policial se redujo luego de una hora, la muchedumbre encendió velas y escribió mensajes con tiza en la calle que decían: «Justicia para Daunte Wright», el joven de 20 años muerto por la policía, informó la agencia de noticias AFP.
Un comunicado de la la policía del Brooklyn Center, que no identificó a la víctima, señaló que los agentes detuvieron a un automovilista poco antes de las 14 de ayer.
Después de determinar que el conductor tenía una orden judicial pendiente, la policía intentó arrestar al conductor, quien reingresó al vehículo.
Un oficial disparó contra el vehículo, alcanzando al conductor, quien recorrió varias cuadras con su auto antes de chocar con otro, agregó el comunicado.
El relato de la familia de Wright fue diferente.
Katie Wright, madre de la víctima, dijo que a su hijo le dispararon antes de volver a entrar al automóvil.
La mujer contó que su hijo la había llamado para decirle que la policía le había ordenado detener su vehículo.
La mujer dijo que escuchó a oficiales de policía decirle a su hijo que soltara el teléfono y que luego uno de los agentes cortó la llamada.
Poco después, la novia de su hijo le dijo que éste había sido muerto a tiros.
La oficina de asuntos criminales de Minnesota señaló que está «investigando» la implicación de un agente en un tiroteo en Brooklyn Center, pero tampoco identificó a la víctima.
Una pasajera del automóvil sufrió «heridas», sin que su vida corra peligro, y fue transportada a un hospital local, dijo la policía en el comunicado, sin identificar a la mujer.
Fotos de la manifestación mostraban a hombres saltando sobre el parabrisas de una camioneta de policía.
El alcalde de Brooklyn City, Mike Elliott, tachó el tiroteo de «trágico», mientras Tim Walz, gobernador de Minnesota, el estado en el que se encuentra Minneapolis, dijo lamentar «de nuevo la pérdida de la vida de un hombre negro a manos de la policía».
Según el diario Star Tribune, las fuerzas del orden dispararon municiones no letales para tratar de dispersar a los manifestantes.
El crimen de Wright tiene lugar en momentos en que se lleva a cabo en Minneapolis el juicio contra Derek Chauvin, un policía blanco acusado de haber matado a Floyd apoyando su rodilla sobre su cuello más de nueve minutos hasta asfixiarlo, el 25 de mayo de 2020.
La muerte de Floyd en Minneapolis desencadenó una de las mayores olas de protestas contra el racismo y la brutalidad policial en décadas en Estados Unidos, que se replicó en otros países.