Ultraderecha de Europa usó crisis de refugiados como trampolín para su crecimiento

La denominada crisis de refugiados, alimentada principalmente por quienes escaparon de la guerra en Siria, generó en Europa un sentimiento antiinmigrante y nacionalista que fue utilizado por los partidos políticos de ultraderecha como trampolín para su crecimiento en niveles que no se veían desde la Segunda Guerra Mundial.(Télam)

Alternativa para Alemania (AfD), Vox en España, Reagrupación Nacional (RN) (ex Frente Nacional) en Francia, Liga (ex Liga Norte) en Italia y Amanecer Dorado en Grecia forman parte de una lista más larga de fuerzas que pasaron de ser marginales a ocupar importantes espacios en los distintos órganos de poder institucional y tener una mayor presencia en las calles.

«La derecha radical ya ocupaba un lugar destacado en las encuestas cuando en 2011 estalló la guerra (en Siria), pero la afluencia de refugiados, especialmente en 2015, tuvo un impacto decisivo en su ascenso», resumió en declaraciones a Télam el politólogo francés Jean-Yves Camus, autor del libro «La extrema derecha en Europa: nacionalismo, xenofobia, odio» (Editorial Capital Intelectual).

«La crisis de refugiados permitió a la derecha radical atacar a la Unión Europea acusándola de no haber podido detener la afluencia de refugiados, así como a (el presidente de Turquía Recept Tayyip) Erdogan, a quien acusaron de chantajear a Europa al abrir sus fronteras a quienes huyeron de Siria y luego permitirles continuar hacia Europa», añadió.

El analista indicó además que la ultraderecha «también jugó con el temor de que terroristas islámicos se hubieran infiltrado en las filas de refugiados para entrar en Europa y planear ataques allí, lo que en algunos casos resultó cierto».

«La derecha radical aprovechó además la afluencia de refugiados para atacar la sociedad multicultural, diciendo que los refugiados no se adaptaban a los valores del país en el que se asentaron», completó.

En la calle todo eso se tradujo en inmigrantes golpeados por encapuchados en Grecia, manifestantes con esvásticas y haciendo el saludo nazi en Alemania y hasta una periodista que derribó de una zancadilla a refugiados a su paso por Hungría.

Pero las fuerzas de esta ideología también empezaron a tener un mayor poder real con escaños en los Parlamentos y gobernaciones, principalmente.

Alternativa para Alemania (AfD) se convirtió en 2017 en el primer partido de ultraderecha que entra a la cámara baja del Parlamento alemán desde 1945, y el líder de la Liga, Matteo Salvini, llegó ser vicepremier de Italia, país que recibió grandes olas de migrantes no sólo desde Turquía sino también desde el norte de África.

«Creo que el auge de Marine Le Pen en Francia y el surgimiento de Vox en España tienen que ver indirectamente con la crisis de refugiados, ya que lo que hizo esa crisis fue aumentar el miedo al islam y los musulmanes, así como el miedo a una ‘invasión’ de Europa por parte de personas asociadas al terrorismo y valores ajenos a nuestra historia», explicó Camus.

«También hay que fijarse en Europa del Este, que estaba en el camino de los refugiados que querían llegar a Alemania, Reino Unido y Escandinavia. En todos los países de los Balcanes, Europa Central y hasta los Estados bálticos, hubo un consenso político generalizado, incluso en la derecha tradicional, de que no se debía permitir la entrada de inmigración procedente de Siria e Irak, y que las fronteras debían cerrarse para que los refugiados no pueden entrar», añadió el politólogo.

Si bien existían muros fronterizos en Europa antes de la crisis de los refugiados, como los que separan las ciudades españolas de Ceuta y Melilla de Marruecos, es a partir de 2015 que aparecen nuevas vallas en el límite que Turquía comparte con Grecia y con Bulgaria, entre Grecia y Macedonia del Norte, entre Hungría con Serbia y Croacia o en Calais, en el cruce de Francia hacia el Reino Unido, para nombrar algunos.

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El Periodista