Se consolida minería verde en el país por aumento de energías limpias en sector
El alto nivel de consumo es provocado por el chancado y molido de una gran cantidad de rocas de baja ley y el uso creciente de agua de mar desalada, que debe ser traída desde la costa hasta el sitio minero.
En los últimos 15 años, la industria minera, especialmente el sector del cobre, ha observado un aumento importante en la demanda de energía eléctrica. De hecho, hasta el año pasado, la industria consumía 25 terawatts/hora (TWh)1.
El alto nivel de consumo es provocado por el chancado y molido de una gran cantidad de rocas de baja ley y el uso creciente de agua de mar desalada, que debe ser traída desde la costa hasta el sitio minero.
Se espera que durante la próxima década la industria minera sea responsable de entre un 34% a un 37% del consumo anual de electricidad.
Este escenario ha impulsado la incorporación de energías renovables no convencionales en los procesos mineros. De acuerdo a datos de Cochilco, un 65% de la demanda eléctrica de esta industria provendrá de este tipo de energías en los próximos tres años.
Víctor Opazo Carvallo, CEO de Solek Chile, indicó que “La necesidad de contar con nuevas fuentes de energía con menor nivel de emisiones contaminantes ha impulsado la instalación de parques fotovoltaicos y otras fuentes de energías limpias, impulsando la consolidación de una minería verde en Chile”.
Entre las “otras fuentes de energías limpias” destaca la energía solar fotovoltaica, la cual se ha mostrado como una de las principales alternativas para proveer de electricidad al sector minero, además de poseer precios atractivos para el mercado.
Según el informe elaborado por el Ministerio de Energía en conjunto con GIZ (Sociedad Alemana de Cooperación Internacional), en nuestro país los precios de los pequeños sistemas fotovoltaicos instalados han tenido una disminución de un 13% para los de 5 a 10 MW con respecto a 2019.
“Cada vez es más factible instalar parques fotovoltaicos en regiones del sur de Chile, tales como Maule y Ñuble, donde se están instalando pequeños medios de generación distribuida de energía solar. Se trata de un impulso fundamental para responder a la creciente demanda de electricidad a precios convenientes y con un menor impacto al medio ambiente”, señaló Opazo.