Presidente español asiste a destrucción simbólica de 1.377 armas de ETA
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, afirmó que todavía hay dolor que "reparar" de las víctimas de la disuelta organización separatista vasca ETA y de otros grupos en España, durante un acto en el que fueron destruidas más de mil armas del disuelto grupo.(Télam)
«No podemos recuperar las vidas que perdimos, tampoco podemos destruir el pasado negro como hoy hemos destruido estas armas, pero sí está en nuestras manos luchar contra la desmemoria, para reparar el dolor y el honor», dijo el socialista, citado por la agencia de noticias AFP.
En la ceremonia simbólica en las instalaciones de la Guardia Civil en Valdemoro, al sur de Madrid, fueron destruidas cerca de 1.400 armas, casi todas ellas confiscadas a ETA entre 1977 y 2005, y un 10% de ellas a los Grupos de Resistencia Antifascista del Primero de Octubre (Grapo).
Asistieron representantes de asociaciones de víctimas y cuerpos de seguridad que combatieron a ETA.
Las armas fueron colocadas en el amplio patio del recinto en varias filas y aplastadas con una aplanadora, .
Serán fundidas y usadas para fabricar un monumento simbólico de la derrota de ETA, que anunció su disolución definitiva en mayo de 2018 luego de cuatro décadas de violencia por la independencia del País Vasco y Navarra en las que mató a más de 850 personas.
«Se levanta acta aquí una vez más de la derrota de ETA frente a la democracia española, la derrota de las balas frente a los votos», señaló Sánchez.
Reconociendo que «muchos jóvenes» en España desconocen la historia de ETA, señaló: «No debemos olvidar, no podemos consentir que se difuminen los nombres de aquellas personas que perdieron su vida».
Existe «una tarea de esclarecimiento y reparación que aún queda pendiente», agregó.
Hay que recordar lo ocurrido «como un mecanismo de evitar que se reproduzca en el futuro», dijo el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, un antiguo juez del País Vasco conocido por su implicación en la lucha contra ETA.
«Detrás de estas pistolas, fusiles y subfusiles hay muchas tragedias, tantas como víctimas, a quienes hemos recordado» con este acto, apuntó Florencio Domínguez Iribarren, del Centro para la Memoria de las Víctimas del Terrorismo.
En la ceremonia no estuvieron presentes algunas asociaciones de víctimas ni la principal fuerza de oposición, el Partido Popular (PP, derecha), que lo criticaron como un «paripé» (acto hipócrita) del Gobierno de izquierda.
Estas asociaciones y la derecha critican que el Gobierno se haya apoyado para sacar leyes en el Parlamento en la izquierda separatista vasca de Bildu, que incluye entre sus filas a exmiembros de ETA, y que revierta la política de dispersión de presos etarras y los esté acercando al País Vasco.
En esta última cuestión, hay una «aplicación estricta del marco normativo del ordenamiento jurídico», afirmó el ministro Grande-Marlaska.