Obispos de Colombia denunciaron amenazas en peor ola de violencia desde acuerdo de paz
Catorce obispos de Colombia denunciaron hoy amenazas contra miembros de la Iglesia católica en medio de una nueva ola de violencia que envuelve a la población de los departamentos sobre el océano Pacífico, en el contexto de la peor arremetida de grupos armados desde la firma del acuerdo de paz con las FARC en 2016.(Télam)
Luego de una reunión de dos días en Buenaventura, en el sudoeste del país, los sacerdotes católicos alertaron sobre «amenazas contra la vida» del obispo de esa ciudad, monseñor Rubén Jaramillo, y de «otros servidores de la comunidad», según la agencia de noticias AFP.
Los prelados también denunciaron en teleconferencia de prensa una creciente violencia en los departamentos Chocó, Valle del Cauca, Cauca y Nariño, que bordean el Pacifico y son blanco de disputas entre grupos que se financian del narcotráfico.
«Nos duele profundamente que un obispo sea amenazado simplemente por poner en evidencia lo que todos vemos», dijo Omar Sánchez, arzobispo de Popayán, Cauca, y aseguró que los «campesinos, indígenas y comunidades afro» en la región están «sometidos bajo el imperio de los poderosos de las armas, de los corruptos» y sus territorios «están confinados, sembrados en minas, con normas basadas en principios de guerra».
Oscar Múnera, obispo de Tierradentro, Cauca, sostuvo que «más de 70 sacerdotes» y religiosas han sido asesinados en medio del conflicto.
A comienzos de febrero, cientos de personas protestaron en Buenaventura para exigir el cese de la violencia contra esa población de mayoría negra y pobre, luego de que unos 5.000 indígenas quedaran atrapados en el departamento Chocó por combates entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Clan del Golfo, la mayor banda narco del país y de origen paramilitar.
Por su ubicación estratégica, la región del Pacífico produce la mayor cantidad de hoja de coca en el país, con 57.897 hectáreas sembradas, según el último informe de la ONU en 2019.
Aunque el acuerdo de paz redujo sensiblemente la violencia, Colombia aún no consigue superar un conflicto que en seis décadas dejó nueve millones de víctimas, entre muertos, desaparecidos y desplazados.
La Defensoría del Pueblo denunció hoy que al menos 178 indígenas huyeron de sus comunidades en el noroeste de Colombia por amenazas del ELN.
La autoridad indígena de la región precisó en un comunicado difundido en Twitter que en el departamento Antioquia «48 familias indígenas, 178 personas del resguardo» del río Chageradó «se desplazaron desde Turriquitadó Alto hacia Turriquitadó Llano, a causa de presiones de grupos armados ilegales».
El texto afirmó que decenas de originarios del pueblo Embera Eyábida huyeron «por amenazas expresas del ELN», que «se encuentra en disputa por controlar los territorios ocupados históricamente» por las antiguas FARC, y advirtió que otros 500 indígenas en esa zona del país «estarían también en riesgo de desplazamiento por la misma razón».
El ELN es la última organización guerrillera activa en el país, tras la desmovilización de unos 13.000 miembros de las disueltas FARC.
Además, disidentes de las FARC y bandas narcotraficantes de origen paramilitar se disputan junto al ELN las rutas para exportar cocaína, las rentas de la minería ilegal y la extorsión.