Naciones Unidas plantea la escasez hídrica como un desafío pendiente en Chile
El organismo internacional hizo recomendaciones técnicas en relación a cómo enfrentar, en distintos ámbitos, el problema de la sequía en Chile que, en la actualidad, afecta a más de 250 mil personas distribuidas en siete regiones del país, desde Atacama hasta Ñuble.
El Sistema de las Naciones Unidas en Chile publicó un documento con una serie de recomendaciones, en donde sostiene que el país tiene desafíos pendientes en la búsqueda de soluciones a la escasez hídrica la cual afecta, hace más de una década, sobre todo a la población más vulnerable.
En el marco de las actividades relacionadas al Día Internacional del Agua, que cada año se celebra el 22 de marzo, Naciones Unidas Chile invitó a dialogar a actores relevantes del Parlamento, la sociedad civil y la academia.
La Presidenta del Senado Yasna Provoste, el Senador José Miguel Durana, Alejandra Stehr, Coordinadora Mesa Agua del Comité Científico de la COP25 y, Ana María Molina, directora ejecutiva de Fundación Meri, conversaron en relación al documento Escasez Hídrica en Chile: Desafíos Pendientes, que aborda las principales causas de este fenómeno e incorpora recomendaciones para las y los tomadores de decisión.
A lo anterior, se sumaron las intervenciones de la Coordinadora Residente del Sistema de las Naciones Unidas en el país, Silvia Rucks; la Representante de FAO, Eve Crowley; y la Representante Residente de PNUD, Claudia Mojica.
El documento denominado Escasez Hídrica en Chile: Desafíos Pendientes, identifica siete dimensiones del problema de la crisis hídrica en Chile: los efectos del cambio climático; las presiones de las actividades productivas y/o extractivas; la gestión no integrada de los recursos hídricos; la falta de infraestructura adecuada; el marco legal que no explicita el derecho humano al agua y no prioriza el consumo humano; la dispersión institucional en la toma de decisiones; y finalmente la disponibilidad y uso limitado de datos para la toma de decisiones.
Los problemas de acceso al agua se exacerban en las poblaciones más pobres y de zonas rurales, donde la inseguridad hídrica preexistente no solo impide que más de 250 mil personas tengan acceso formal al agua, sino que, además, en situación de pandemia por COVID-19, tampoco puedan cumplir con las medidas mínimas de sanitización e higiene, lo que dificulta también la recuperación económica de estos sectores.
Dentro de las recomendaciones que las Naciones Unidas hace a Chile destaca el llamado a mejorar los sistemas de información sobre el agua, para guiar la toma de decisión y fomentar la participación ciudadana, asimismo, se sugiere la actualización del marco legal vigente para adoptar e implementar el derecho humano al agua y saneamiento, incrementando la seguridad hídrica en línea con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6. Lo anterior incluye la revisión de la legislación relacionada con la temporalidad y causales de extinción de los Derechos de Aprovechamiento de Agua, con el fin de enfrentar una realidad hídrica y climática cambiante.
Durante el evento, Silvia Rucks, Coordinadora Residente del Sistema de Naciones Unidas en Chile, reiteró el compromiso de la institución en “apoyar la concreción del ODS 6, de garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos y todas, y a redoblar los esfuerzos para avanzar en la protección de este valioso derecho”. Y, enfatizó en que el documento Escasez Hídrica en Chile: Desafíos Pendientes refleja “el trabajo y una contribución de la ONU en Chile en este ámbito, teniendo como foco no solo la concreción de la Agenda 2030 y el Desarrollo Sostenible, sino también la posibilidad de recuperarnos mejor después de la pandemia”.
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El documento Escasez Hídrica en Chile: Desafíos Pendientes es el primer informe de la serie denominada Aportes para un Desarrollo Sostenible, elaborado por el grupo ambiental de la ONU liderado por FAO y PNUMA, con el acompañamiento de PNUD, PMA y UNESCO.