Hace 30 años, Irak se rendía a una coalición liderada por EEUU en la Guerra del Golfo

El conflicto causó la muerte de alrededor de 200.000 personas entre ambos bandos, según un informe presentado en Washington a fines de mayo de 1991 por Greenpeace (Télam).

Hace 30 años, el 3 de marzo de 1991, finalizaba la primera Guerra del Golfo liderada por Estados Unidos y sus aliados contra Saddam Hussein por la invasión a Kuwait, conflicto que causó devastadoras consecuencias para Irak dentro de un mundo unipolar liderado por la Casa Blanca.

El 2 de agosto de 1990 tropas iraquíes ocuparon el emirato petrolero en cuestión de horas, con la excusa de una deuda originada por la guerra que Irak había mantenido con Irán, entre 1980 y 1988, además de sus intereses por el petróleo.

La acción de Hussein tomó por sorpresa a Kuwait y, durante la operación, murieron cientos de personas y el Gobierno kuwaití debió exiliarse en Arabia Saudita.

Siete meses más tarde, el 17 de enero de 1991, las fuerzas invasoras fueron expulsados por una coalición internacional liderada por el Gobierno del expresidente estadounidense George H.W. Bush en una operación denominada «Tormenta del Desierto».

La coalición internacional, considerada la más grande desde la Segunda Guerra Mundial, fue integrada por 34 países luego de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.

Fue apoyada principalmente por Arabia Saudita y el Reino Unido, mientras que Argentina envió un destructor, tres corbetas y dos helicópteros para participar del bloqueo contra Irak, durante el Gobierno del recién fallecido expresidente Carlos Menem.

Desde su rendición a las fuerzas internacionales, el 28 de febrero de 1991, Irak ha pagado a Kuwait miles de millones de dólares en concepto de reparación por los daños sufridos durante la ocupación, según informes de la BBC.

Para algunos analistas, la primera Guerra del Golfo, llamada «La Madre de todas las batallas» por Hussein, evidenció la la vulnerabilidad de los países más pequeños de esa convulsionada zona, disputada por Estados Unidos y otras potencias internacionales.

El conflicto causó la muerte de alrededor de 200.000 personas entre ambos bandos, según un informe presentado en Washington a fines de mayo de 1991 por Greenpeace.

La organización ecologista calificó la primera Guerra del Golfo como el conflicto «más importante y destructivo de la historia moderna» y señaló que «todo lo dispuesto en el derecho internacional sobre el trato a la población civil fue violado» en esa contienda bélica, según el diario el País, de Madrid.

Señaló, además, que a pesar del uso de armas inteligentes exhibidas durante los combates, la guerra alcanzó un nivel «excepcional» de daños humanos, naturales y de medio ambiente.

Greenpeace criticó «la destrucción sin precedentes infligida por las fuerzas aliadas a una nación con fuerzas convencionales en un período tan corto de tiempo».

«Nunca antes», dijo la organización ecologista, «una sociedad civil había quedado tan destruida y un medio natural, tan lesionado».

El 3 de marzo de 1991, tras rendirse el 28 de febrero, el Gobierno del presidente Hussein aceptó en la ciudad de Safwan, al sureste de Irak, las condiciones impuestas por las Naciones Unidas, incluida la restitución de la soberanía de Kuwait.

Para reducir el impacto de las sanciones contra los iraquíes, el Consejo de Seguridad aprobó un programa que permitía a Irak vender petróleo para comprar bienes de primera necesidad, entre otras medidas.

En la primera Guerra del Golfo comenzó a verse el sistema unipolar representado por Estados Unidos, tras el fin de la Guerra fría entre la Casa Blanca y la ex Unión Soviética en 1991.

Después vendría una segunda Guerra del Golfo, con la invasión de Irak en marzo de 2003 tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, luego de que el el expresidente George W. Bush, hijo de George H. W. Bush, acusara a Hussein de poseer armas de destrucción masiva que jamás fueron encontradas.

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El Periodista