En pleno colapso, Bolsonaro insiste en no decretar cuarentenas

La semana pasada, incluso, llamó "cobardes" y "caprichosos" a los que adoptan el distanciamiento social y los tapabocas, una política que no comparten ni sus aliados en el exterior

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó hoy que pese al colapso del sistema hospitalario por la pandemia en gran parte del territorio no decretará ni cuarententas ni cierre de actividades y rechazó la acusación hecha por personalidades políticas y religiosas de que el país se ha convertido en una «cámara de gas» sin políticas coordinadas para evitar muertes por coronavirus.

«Algunos quieren que decrete ‘lockdown’ (cierre total). No voy a decretar. Con la seguridad de que mi Ejército no irá a las calles a obligar al pueblo a quedarse en su casa. Mi Ejército es el ejército de ustedes», dijo a seguidores en el Palacio de la Alvorada.

Desde el inicio de la pandemia, Bolsonaro se opuso a las cuarentenas y hoy afirmó que «un padre de familia tiene derecho a salir a buscar su sustento» al reiterar que el Congreso y su Gobierno buscan recrear una ayuda de unos 50 dólares mensuales por cuatros meses a los trabajadores informales.

La semana pasada, incluso, Bolsonaro llamó «cobardes» y «caprichosos» a los que adoptan el distanciamiento social y los tapabocas, una política que no comparten ni sus aliados en el exterior.

En visita a Israel, el canciller Ernesto Araújo fue invitado públicamente este fin de semana en Tel Aviv a usar barbijo y saludar con el codo a las autoridades locales, un gesto que resonó fuerte en Brasil en donde el Gobierno hace alarde de no seguir estas precauciones.

En su charla con seguidores, Bolsonaro también repudió una carta abierta de intelectuales y religiosos convocada por el sacerdote Julio Lancelloti de la Pastoral de la Población en Situación de Calle, firmada por entre otros Chico Buarque.

En la carta, pedían a la ONU enjuiciar a Bolsonaro en los tribunales internacionales por genocidio sanitario.

«Hay un grupo de la elite de izquierda que me denuncia ante la ONU, ante la Corte Penal Internacional, como genocida, diciendo que Brasil es una cámara de gas. Una total falta de respeto a los judíos. Ahora me preguntaría quién obligó a la gente a quedarse en su casa y quién destruye empleos con eso», fustigó el ultraderechista.

El Gobierno, aliado a las iglesias evangélicas neopentecostales, tiene a Israel como uno de sus principales socios y modelos a seguir desde que asumió Bolsonaro el 1 de enero de 2019, jornada a la que asistió como invitado especial el premier israelí, Benjamin Netanyahu.

Fuente: Télam

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El Periodista