En Irak, el Papa revalidó su cercanía con jóvenes

Marca registrada de sus viajes desde aquel "Hagan lío" de julio de 2013, cada viaje del papa Francisco tiene un mensaje dedicado a los jóvenes, e Irak, donde el 60% de la población tiene menos de 25 años, no podía ser la excepción.(Télam)

Así, al terminar las actividades oficiales de su primer día en el país, el pontífice se reservó la media hora previa a la cena para recibir a un grupo de jóvenes de la fundación pontificia Scholas Occurrentes, a quienes animó a trabajar en la reconstrucción de Irak a través de la educación.

La reunión con los jóvenes de la fundación que Francisco creó en sus tiempos de arzobispo porteño sirvió además para lanzar una «Escuela del Deporte por la Paz» que la institución desarrollará en la norteña ciudad de Erbil, en la zona de Irak donde son mayoría los kurdos, con ayuda de la Liga de Fútbol de España. La Escuela de Deportes por la Paz, cuenta además con el apoyo del Consejo Mundial de Boxeo para llevar adelante iniciativas del programa BoxVal en Irak.

Durante la reunión Mina Hazim Louis, que el pasado jueves 4 de marzo participó en un encuentro interreligioso en Bagdad, regaló al Papa Francisco una camiseta pintada por ella con el logo de Scholas y su inscripción en árabe. Mustafa Muneer Karm, le entregó los sueños que cada uno de los jóvenes escribió para seguir desarrollando juntos la cultura del encuentro.

También se le mostraron al Papa imágenes de las actividades realizadas los días previos en Erbil, donde quedó inaugurada la Cátedra Scholas para el desarrollo de programas en Irak.

Antes de la reunión de la tarde, el Papa se había dirigido a la juventud en sus dos discursos en Bagdad: frente al presidente Barham Salih, calificó a los jóvenes como «la esperanza de un futuro mejor», y luego, reunido con obispos y sacerdotes en la catedral de Bagdad, les dedicó una parte significativa de su intervención.

«Pienso particularmente en los jóvenes. En todas partes son portadores de promesa y de esperanza, y sobre todo en este país. De hecho, aquí no hay solamente un patrimonio arqueológico inestimable, sino una riqueza incalculable para el porvenir: ¡son los jóvenes! Son su tesoro y hay que cuidarlo, alimentando sus sueños, acompañándolos en el camino y reforzando su esperanza», aseguró frente a unos 100 miembros del clero de Irak.

«Aunque jóvenes, ciertamente, su paciencia ya ha sido puesta a prueba duramente por los conflictos de estos años. Pero recordemos que ellos, junto con los ancianos, son la punta del diamante del país, los mejores frutos del árbol. Depende de nosotros cultivarlos para el bien e infundirles esperanza», planteó en su discurso en la Catedral Nuestra Señora de la Liberación de Bagdad

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El Periodista