Argentina se va del Grupo de Lima
"Las acciones contra Venezuela no han conducido a nada", señaló el gobierno trasandino.
El Gobierno argentino formalizó hoy su retiro del denominado Grupo de Lima, al considerar que «no han conducido a nada» las acciones que impulsó ese bloque en el plano internacional «buscando aislar al Gobierno de Venezuela y a sus representantes».
Así lo informó la Cancillería, que conduce Felipe Solá, a través de un comunicado de prensa difundido esta tarde.
«En el día de la fecha, la República Argentina formalizó su retiro del denominado Grupo de Lima, al considerar que las acciones que ha venido impulsando el Grupo en el plano internacional, buscando aislar al Gobierno de Venezuela y a sus representantes, no han conducido a nada», comienza el texto oficial.
Además de la Argentina, que ahora formaliza su retiro del bloque, conforman el Grupo de Lima otros trece países del continente: Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Guyana y Santa Lucía.
En el texto con el que anunció la decisión, la Cancillería indicó que «la participación de un sector de la oposición venezolana como un integrante más del Grupo de Lima ha llevado a que se adoptaran posiciones que nuestro Gobierno no ha podido ni puede acompañar».
«Una vez más, reiteramos que la mejor manera de ayudar a los venezolanos es facilitando que haya un diálogo inclusivo que no favorezca a ningún sector en particular, pero si a lograr elecciones aceptadas por la mayoría con control internacional», señaló el comunicado del Palacio San Martín.
Con el mismo énfasis afirmó que las autoridades venezolanas no pueden desconocer «que producir las condiciones para un diálogo que resulte productivo es primordialmente su responsabilidad».
«Un diálogo del que deben formar parte, pero del que no puede apartar a la oposición en su conjunto. Un diálogo que sin duda se vería enriquecido con voces provenientes de los principales actores sociales del país, como la Iglesia, el sector empresario y las organizaciones no gubernamentales, sin exclusiones», destacó el comunicado.
Argentina sostiene además que en «un contexto en el que la pandemia ha hecho estragos en la región, las sanciones y bloqueos impuestos a Venezuela y a sus autoridades, así como los intentos de desestabilización ocurridos en 2020, no han hecho más que agravar la situación de su población y, en particular, la de sus sectores más vulnerables».
Las sanciones, según entiende la Cancillería, «han afectado el goce de los derechos humanos de la población venezolana, de acuerdo a lo que se constata en el informe de la Relatora Especial sobre las repercusiones negativas de las medidas coercitivas unilaterales en el disfrute de los derechos humanos».
«Con este espíritu, la Argentina continuará sosteniendo su compromiso con la estabilidad en la región, y buscará encaminar soluciones pacíficas, democráticas y respetuosas de la soberanía y de los asuntos internos de cada Estado», señala el comunicado oficial.
El Grupo de Lima, en el que el gobierno de Mauricio Macri tuvo una amplia y activa participación, se estableció tras la Declaración firmada el 8 de agosto de 2017 en la capital peruana y en la que representantes de 14 países americanos suscribieron el primero de varios documentos criticando la situación política y de derechos humanos en Venezuela.
Tanto es así que el excanciller Jorge Faurie llegó a afirmar que uno de sus «mayores logros» al frente del Palacio San Martín había sido «haber colaborado para defender la libertad y los derechos humanos de los venezolanos» a través del mencionado acuerdo multilateral.
«El Grupo de Lima es parte sustancial de este orgullo que siento: fuimos la primera expresión de la comunidad internacional para trabajar por el restablecimiento democrático en Venezuela», dijo Faurie el 8 de noviembre de 2019 durante su participación en la reunión que ese foro celebró en Brasilia.
El impulso que la administración de Juntos por el Cambio le había dado al bloque de países contrarios a Nicolás Maduro había sido severamente objetado por distintos actores del kirchnerismo, y ya durante la campaña presidencial y en los primeros meses del Gobierno del Frente de Todos, fue el propio Alberto Fernández quien cuestionó la motivación de ese espacio.
Por ejemplo, el Presidente elogió en reiteradas ocasiones que países como Uruguay y México hubieran rechazado participar del mismo.
Además, Fernández dialogó -durante su primera gira oficial- sobre el tema con su par francés, Emmanuel Macron, y juntos habían coincidido en que el aislamiento no repercutiría en una solución para los problemas venezolanos.
Algunos meses más tarde, en una entrevista radial, Fernández señaló que el Grupo de Lima «se creó por motivos ideológicos y está obsesionado con Venezuela».
El Presidente resaltó por aquel entonces que, desde la llegada al poder de su Gobierno, «la Argentina nunca participó en reuniones ni firmó documentos» y que su gestión «lo único que hizo» respecto de ese grupo fue tomar «distancia», hoy devenida en apartamiento definitivo.
Es más, en esa entrevista, el Presidente destacó también la necesidad de «reconstituir» la Unasur para que «cada pueblo de América Latina esté representado más allá de lo ideológico» y consideró que «el Grupo de Lima fue la bala que dispararon» contra ese bloque regional.
«El proyecto correcto es el de Unasur y no el del Grupo de Lima, que se creó por motivos ideológicos y está obsesionado con Venezuela, mientras Unsaur está obsesionado con que crezca América Latina», había remarcado el Presidente en octubre del año pasado.