Pablo Molinero tras su rol en La Peste: “Seguimos igual de empantanados en el barro que aquel entonces”
El protagonista de la serie de HBO ambientada en Sevilla del siglo XVI, entregó su visión de la historia, estilo de vida y comparó la realidad de la sociedad de aquellos años con la situación pandémica actual.
Por Javiera Escudero M. y Constanza Gallardo Z.
Pablo Molinero es un actor y escritor español que ha desarrollado gran parte de su carrera en el teatro. Tiene su propia compañía en el área llamada “Los Corderos” y aterrizó en el mundo de las series en 2018 con La Peste, una producción ambientada en el Sevilla del siglo XVI en medio de una pandemia por la peste bubónica.
La serie se estrenó en Latinoamérica en enero de este año a través de la plataforma de streaming HBO Go.
“La Peste” a ojos del actor, es un viaje en el tiempo hacia una Sevilla que ya no existe, pero que los directores quisieron recrear. Es un lugar para cumplir los sueños, un salto al nuevo mundo lleno de promesas, como más adelante lo fue EEUU con el sueño americano. “Finalmente es un atrapasueños, no era un lugar tan glorioso como prometían”.
“Con La Peste caí en la reflexión que a pesar de que está claro que una pandemia es algo malo para el hombre, la verdadera enfermedad está en el ser humano, en su condición poco solidaria, egoísta y avariciosa. En estas situaciones de pandemia es cuando se potencia más la enfermedad del hombre hacia él mismo”.
¿Cómo definirías a Mateo, tu personaje en La Peste?
-Es un adelantado a su tiempo, sensible y letrado en un mundo oscuro. Mateo no está cómodo en su tiempo, se cuestiona constantemente su realidad, los estamentos y lo que ve, y esto lo lleva a tener ese don para la investigación, porque se cuestiona todo.
Por otro lado tiene un dolor del alma, una depresión por un momento existencial delicado. Es un personaje que mientras lo hacía me di cuenta de que tenemos mucho en común, como si de alguna manera me hubieran escogido para el papel porque tengo mucho de él en mí.
¿Cómo piensas que el personaje se desarrolla a través de la serie?
– Mateo es muy amigo de sus amigos, él está siendo perseguido en Sevilla por sus ideales, por estar relacionado con una imprenta, porque la inquisición era un ente castrador y cualquiera que se saliera de sus líneas era perseguido como lo fue en el caso de Mateo. Él volvió a Sevilla solamente por ir a buscar un amigo, no por un deseo suyo.
El viaje que emprende con el hijo bastardo es una relación bonita, pero es diferente a lo que sería hoy en día. Ahora los tratamos con mucho más cuidado pero en ese entonces un hijo bastardo era mano de obra barata y tratado con mucho menos cariño. A pesar de eso, establecen una relación de cariño y estima con el adolescente que es quien lo saca de la depresión. Eso me parece bonito, que no sea una mujer o un reto insuperable que persigue, sino que un adolescente que se ve reflejado en él.
¿Cómo esperas que sea el recibimiento en Latinoamérica?
– Espero que disfruteis tanto como lo disfrutamos nosotros haciéndolo. Me parece que es interesante compartir este trozo de historia con ustedes que luego se unieron nuestras historias. En España sirvió para entender un poco más aspectos de la personalidad sevillana, de revisar un pasado nuestro que creíamos glorioso, pero que no lo fue tanto.
También es un viaje sensorial, por lo que los invito que lo veais en sus casas con las luces tenues, con el volumen alto, de una manera que se disfrute el producto artístico. No es algo para consumir en el autobús, es una serie con empaque para verlos tranquilos en casa, porque te mete de lleno en la época.
En el contexto que estamos viviendo actualmente en medio de una pandemia, ¿crees que la gente lo verá con otros ojos?
– Durante el tiempo de pandemia todos hemos reflexionado en qué deberíamos cambiar, estamos llevando un camino que no conviene, nos está pasando esto por algo… pero en el día a día se nos olvidan estos propósitos. Cualquier situación extrema hace repensar las formas de civilización.
En La Peste vemos que hay gente que se enriquece en tiempos de pandemia, hoy en día también pasa, la bolsa ha pegado bajones y hay gente que ha perdido mucho dinero, pero hay otros que se han llenado los bolsillos. No estamos organizándonos bien, no compartimos el planeta de forma sostenible y, cuando llegan problemas globales, nos damos cuenta.
¿Cómo crees que la serie evidencia el problema de las clases sociales?
– Se ven claramente las clases sociales. Mateo viaja donde amigos que tienen palacios, pero también hacia barrios al borde de los ríos a las afueras de la ciudad, donde están las prostitutas y gente con pocos recursos. A través de él vemos las diferentes castas: los nobles, plebeyos, artesanos, etc. Hoy en día no se ve eso pero lo que hace la diferencia hasta ahora es el dinero.
La diferencia entre que alguien sea de otro país es si tiene o no dinero, es un inmigrante que no lo dejan hacer algo porque no tiene suficiente, o es alguien con dinero que viene a hacer algo en otro país. No hemos evolucionado tanto, no son justas las posibilidades. Hay una igualdad hasta cierto punto, la corrupción existe desde el siglo XVI hasta ahora, seguimos igual de empantanados en el barro que en aquel entonces.
¿Es ese el gran mensaje de la serie? ¿evidenciar que la sociedad se disfraza de evolucionada?
– En la serie dicen que la peste pasará, pero ese no es el problema, el problema está dentro del ser humano, somos nosotros. Hasta que creemos un cambio interior que nos ayude a relacionarnos diferente con nuestro semejantes, seguirá el hambre, la muerte y las pandemias vendrán a potenciar esos problemas.
Más sobre Molinero
Fue nominado a Mejor actor revelación de los premios Círculo de Escritores Cinematográficos (CEC) por la película El verano en que vivimos, una producción de amor y desamor que fue estrenada en diciembre del año 2020 en los cines españoles.
Así, el actor se consagra en el mundo cinematográfico dejando un poco atrás su faceta en las tablas de teatro.
“Siempre pensé que en otra vida iba a ser actor de cine porque en esta vida no me va a alcanzar”, dice, pero al tiempo su compañía pasó por poco trabajo y se animó a participar del casting de La Peste, donde ya sabemos cuál fue su resultado: protagonista de una de las series que se transformó en un imperdible para este verano.