Trump se despide sin críticas y apunta a su legado: «El movimiento que creamos apenas comienza»
El presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, pidió hoy “unirse y superar el rencor partidista” en un mensaje de despedida que pareció aludir al juicio político que le espera por el asalto al Capitolio y también apuntó a su legado al asegurar que el movimiento que inició "apenas está comenzando". (Télam)
En un video de 20 minutos difundido por la Casa Blanca, el republicano no reconoció ningún tipo de errores y se regaló elogios sobre su gestión en economía, la pandemia, impuestos e inmigración, entre varios temas.
“Al concluir mi mandato estoy ante ustedes verdaderamente orgulloso de lo que hemos logrado juntos. Hicimos lo que vinimos a hacer y mucho más”, afirmó y dijo que rezará porque el nuevo Gobierno mantenga al país “seguro y próspero”, aunque no nombró a su sucesor, Joe Biden, en sintonía con su decisión de no asistir a la jura que se realizará mañana en Washington DC.
En uno de los párrafos más interesantes de su discurso, condenó el ataque al Congreso del 6 de enero pasado, encabezado por sus simpatizantes: “La violencia política es un ataque a todo lo que apreciamos como estadounidenses. Nunca se puede tolerar”.
“Ahora más que nunca, debemos unirnos en torno a nuestros valores compartidos y superar el rencor partidista y forjar nuestro destino común”, añadió, en lo que se lee como una referencia al juicio político que los demócratas y algunos integrantes del propio Partido Republicano apoyaron en la Cámara de Representantes y que se concretará en el Senado.
“Dejé mi vida anterior y entré a una arena muy difícil”, continuó al relatar su llegada a la Casa Blanca y manifestó: “Junto con millones de patriotas trabajadores construimos el mayor movimiento político en la historia de nuestro país”.
A la hora de repasar lo que considera logros de su gestión, aseguró que construyó “la mejor economía del mundo” con una “agenda que no se trataba de derecha o izquierda, de republicanos o demócratas, sino del bien de una nación, y eso significa toda la nación”.
También destacó lo que hizo su Gobierno ante el coronavirus, pese a ser el país con más muertos y casos: hoy superó los 400.000 decesos y acumula más de 24,2 millones de contagios.
“Cuando nuestra nación se vio afectada por la terrible pandemia, producimos no una, sino dos vacunas con una velocidad récord, y pronto vendrán más. Dijeron que no se podía hacer, pero lo hicimos”, se auto elogió.
“A otra administración habría llevado tres, cuatro, cinco, tal vez incluso hasta 10 años para desarrollar una vacuna. Lo hicimos en nueve meses”, añadió y destacó también la ayuda económica para las personas afectadas por la pandemia.
“Mientras me preparo para entregar el poder, quiero que sepan que el movimiento que iniciamos apenas está comenzando. Nunca ha existido nada parecido”, concluyó en uno de los últimos párrafos de su discurso.
Tras abandonar la Casa Blanca, Trump iniciará mañana su nueva vida en su residencia del club de golf Mar-a-Lago, en la floridana Palm Beach.
Durante sus últimas semanas en la presidencia se reunió con un círculo cada vez más exiguo de leales que lo respaldaron durante dos meses en su esfuerzo inútil de anular los resultados de las elecciones de noviembre, según medios locales.
La última encuesta de Gallup del presidente reveló ayer que tenía una aprobación de solo un 34%, su nivel más bajo.
Trump tuvo durante su mandato una aprobación media del 41%, la más baja de todos los inquilinos de la Casa Blanca desde que Gallup comenzó a realizar esta medición, en 1938.
Trump emitió una serie de decretos a última hora de ayer, principalmente el levantamiento, a partir del 26 de enero, de las prohibiciones de viajes impuestas debido al coronavirus en la mayor parte de Europa y Brasil.
Casi de inmediato, la portavoz de Biden, Jen Psaki, dijo que la medida no se mantendría.
Trump, el primer presidente en perder la reelección desde que George H.W. Bush fuera reemplazado por Bill Clinton en 1993, también será el primer expresidente en rechazar la toma de posesión de su sucesor en un siglo y medio.
Mañana partirá temprano hacia Florida desde la Casa Blanca para beneficiarse de los privilegios de los viajes presidenciales hasta el último minuto.
El Marine One lo llevará de la Casa Blanca a la Base Conjunta Andrews para tomar el Air Force One, el avión presidencial que, a partir del mediodía, ya no podrá usar.
Según una información de Bloomberg, Trump está organizando una despedida militar para sí mismo en Andrews a la que asistirá una multitud de invitados.