Joan Baez: 80 años de una voz consecuente
La notable cantautora folk estadounidense Joan Báez, emblema de la canción pacifista y dueña de una trayectoria consecuente, celebra hoy 80 años y aunque dejó los escenarios en 2019 y la pintura ocupa mayoritariamente sus arrebatos artísticos, su obra musical se proyecta como faro y referencia. (Télam)
Desde una voz potente para abordar un repertorio capaz de escoger puntillosamente obra ajena y combinarla con algunas piezas propias para desde allí sostener un discurso, la artista nacida en Staten Island, Nueva York, el 9 de enero de 1941, irrumpió en el Newport Folk Festival de 1959, en Boston.
Aunque tuvo que esperar a su tercer álbum «Joan Baez in Concert» (1962) para conquistar al gran público, la reina de la «canción de protesta» florecía. Cantó en las cárceles donde se alojaban los presos negros y en los teatros para afroamericanos que por entonces no podían ingresar como público a las salas para blancos.
Vivió con Bob Dylan entre 1963 y 1965, estuvo varias veces en la cárcel por negarse a pagar los impuestos (que ella consideraba irían a incrementar los gastos de la Guerra de Vietnam a la que se oponía) y durante décadas fue investigada por el FBI, que la veía como una peligrosa agente enemiga.
Participó embarazada del mítico Festival de Woodstock, en 1969, tuvo en soledad a su hijo Gabriel, porque el padre, David Harris, un dirigente pacifista con el que se casó en 1968, purgaba condena por negarse a pelear en Vietnam.
En su autobiografía «Y una voz para cantar», publicada a fines de los ’80, suscribió las influencias recibidas de Peter Seeger y Woodie Guthrie, entre otros, relató la tormentosa relación artística y personal con Dylan, las discusiones con Jane Fonda sobre Vietnam y su famoso viaje a Hanoi, en 1972, donde tuvo que soportar el peor bombardeo de aquella contienda y que dio origen a su conmovedor tema «Where are you now, my son?».
En la Argentina donde su público incluyó al cinéfilo que la descubrió en 1972 por «Balada» y «Here`s To You» que formaron parte de la banda sonora del exitoso filme «Sacco y Vanzetti», de Giuliano Montaldo, debutó en 1974 cuando llenó dos veces estadio porteño Luna Park y compartió escenario con Mercedes Sosa.
«Fui abucheada por hablar de la no violencia sobre el escenario la primera vez que vine en 1974, pero Mercedes se subió y logró la comunión y terminamos cantando todos juntos», recordó durante una entrevista con Télam en febrero de 2014 antes de su tercera y última visita al país.
Entre ambos viajes, Baez vino en 1976, en plena dictadura, donde padeció numerosas dificultades para actuar y moverse por las calles tal como lo registra el documental «There But For Fortune: Joan Baez in Latin America», de la cadena independiente Public Broadcasting System.
Joan cantó en las noches del 6 y 7 de marzo en el Gran Rex un repertorio certero tanto en inglés como en un fluido español (heredado de su padre mexicano) que remató entonando a capella el canto republicano «No nos moverán» y «Mi venganza personal», del nicaragüense Tomás Borge.
Antes de esos conciertos, la trovadora le dijo a Télam: «Mi presencia guarda recuerdos, pero decidí no transformarme en un objeto de culto para la nostalgia».
Consultada entonces por la vigencia del cancionero de protesta, aseguró que «rebosa de buena salud. Hay muchas motivaciones dando vueltas para que los temas nazcan y crezcan».