Escribo para mantener el asombro, dijo la poeta estadounidense Louise Glück
La poeta estadounidense Louise Glück, ganadora del Premio Nobel de Literatura 2020, sostuvo que escribe "para mantener el asombro" y contó que utilizó parte del monto económico del máximo galardón de las letras en contratar un avión privado para visitar a sus nietas que no había podido conocer por la emergencia sanitaria a raíz de la pandemia de coronavirus.
Autora de catorce libros de poesía y dos ensayos, con títulos como «Averno» y «El iris salvaje», la poeta estadounidense fue entrevistada por el diario El Mundo en una nota que salió publicada ayer pero que fue realizada a mediados de diciembre, unos días después de haber leído su discurso de aceptación del Nobel en una ceremonia que se desarrolló de forma virtual.
En la entrevista, la escritora nacida en 1943 en Nueva York habló sobre el impacto de la pandemia en su vida cotidiana y social y definió la experiencia de la siguiente manera: «No ha habido ningún acontecimiento en mi vida comparable a lo que está pasando. Puede que no lo sepa, pero soy una persona sociable que depende en gran medida de sus amigos y familiares».
La autora contó que invirtió parte del Premio Nobel de Literatura -está dotado con diez millones de coronas suecas (unos 958.000 euros)- en contratar un avión privado para visitar a sus nietas que no había podido conocer por la crisis sanitaria. «Ayer vi a mis nietas. No las había conocido todavía. Ahora estoy en cuarentena, aquí en San Francisco. He viajado desde Boston. Es peligroso para una persona de mi edad. Con mi hijo Noah y las nietas mantuvimos la distancia de dos metros con la mascarilla. Es desgarrador pero está bien. Invertí parte del premio Nobel en esta reunión».
Consultada a qué se refería la inversión del parte del premio, Glück explicó que «era difícil y peligroso viajar en avión para llegar aquí. Así que utilicé parte del dinero que recibí del Premio Nobel en alquilar un avión privado. Jamás en mi vida hubiera pensado que tendría que recurrir a tal solución. Pero era más seguro y entonces, ¿cómo mejor podría haber usado ese dinero?».
Mientras que sobre su obra y su búsqueda poética destacó: «Lo que trato de hacer en los poemas es sorprenderme a mí misma y, espero, al lector. Si el lector siente que está a punto de acercarse a un final que puede imaginar, que parece coherente con el comienzo de la oración, hago que el poema dé otro giro, quiero que el lector esté un poco inquieto, que se sorprenda y que el final sea más interesante, más vivo. Escribo para mantener el asombro».
«La primera regla que les enseño a mis alumnos de poesía es separar las partes vivas de las muertas. -contó la poeta- Esas partes muertas son aquellas en las que un verso sigue al otro de manera predecible. No me importan tanto las metáforas, por muy bonitas que sean. Siempre existe el riesgo de que las hayan utilizado otros antes miles de veces. Un poema vivo te lleva a un lugar que antes no conocías», concluyó.
Fuente: Télam