Entre la vigencia artística y las duras acusaciones, Plácido Domingo cumple 80 años

A modo de celebración, el español festejará su cumpleaños el próximo 22 de enero cantando "Nabucco" en la Ópera de Viena.

Como velada prueba de su plena vigencia artística, a pesar de que en los últimos tiempos su prestigio sufrió un duro revés ante las acusaciones de diversos abusos sexuales, que le valieron varios conciertos cancelados, el famoso tenor español Plácido Domingo cumple mañana 80 años y lo celebrará desde el escenario de la Ópera de Viena, con una interpretación de “Nabuco”, de Giuseppe Verdi.

Hasta hace algunos años atrás, seguramente en un día como hoy se estaría hablando de múltiples homenajes, honores oficiales y celebraciones para el destacado intérprete; sin embargo, las denuncias de abusos por parte de al menos 20 mujeres en su contra, en hechos que datan desde finales de los ’80 echaron un manto de sombra en una brillante carrera.

El artista que había acercado como nadie el canto lírico al público masivo, a partir de sus incursiones en diversos géneros populares desde su peculiar estilo, comenzó a ser testigo en los dos últimos años de como los coliseos que antes se engalanaban con su presencia, ahora le cerraban las puertas en la cara.

No resultan desmedidas las reacciones de estas instituciones si se tiene en cuenta la gravedad de las denuncias, que hablan de manoseos y abusos sexuales, en la mayoría de los casos a partir del provecho sacado por su prestigio como artista y por el cariño popular, debido a que muchas de las víctimas eran cantantes que le manifestaban su admiración.

La defensa esgrimida por el tenor no ayudó mucho a aclarar su situación debido a que osciló entre los pedidos de disculpas y la negación de la existencia de abuso al remarcar que se trataron de relaciones consentidas.

Entre el beneficio de la duda y ciertos resabios de una cultura que aceptaba lo que hoy es intolerable, pero también -y fundamentalmente- por su enorme trayectoria, Plácido Domingo aún logra hacer pie en otros prestigiosos escenarios que lo mantuvieron en cartel a cambio de soportar duros cuestionamientos.

Es que desde el punto estrictamente artístico, es insoslayable el aporte que este artista ha realizado para la historia de la ópera, al lograr un acercamiento con el gran público, con distintas acciones que lo convirtieron en un divo del género.

Desde su debut como barítono en 1959, el intérprete comenzó a imponer su voz y su estilo en los grandes escenarios, lo que le valió una fama tan grande que trascendió los límites del género.

Esto sirvió de base para que el artista que podía interpretar las piezas más deslumbrantes de la historia y dirigir importantes óperas como las de Washington y Los Ángeles, también mostrara su cara en eventos populares.

Dan cuenta de ello, por citar apenas algunos casos, sus participaciones en las ceremonias de apertura del Mundial de Fútbol España ’82 o de los Juegos Olímpicos de Barcelona ’92; como así también en el Mundial de Italia ’90, junto a sus “socios” en esta misión popular Luciano Pavarotti y José Carreras, la famosa unión conocida como “Los Tres Tenores”.

Precisamente, esta sociedad fue la que permitió que las obras que hasta entonces eran apreciadas por un público selecto en fastuosos coliseos ahora llegaran a estadios de fútbol o a conciertos populares al aire libre.

El romance entre Plácido Domingo y el público argentino nació en los tempranos ’80 cuando el tenor grabó un disco de tangos, en otra prueba de algunos de los tantos “trucos” a los que apelaba para acercar adeptos.

Todo esto hace que el artista aún ocupe el centro de la escena con los focos apuntando a su talento, aunque las sombras de la condena judicial y, sobre todo, la social amenazan con oscurecer su figura.

Fuente: Télam

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

El Periodista