Dolor lumbar: más del 80% de la población lo padece en algún momento de la vida
Este malestar tiene distintas fuentes que lo provocan. La mayoría de las veces es una dolencia que pasa con el correr de los días, mientras que en otros casos se prolonga por más tiempo. Especialista en manejo del dolor explica las causas y las formas de tratarlo.
El dolor lumbar es un problema extremadamente común. Se estima que un 84% de las personas lo experimenta en algún momento de su vida, y alrededor de la mitad de ellas, tiene más de un episodio. Es la principal causa de discapacidad tanto en países desarrollados como en desarrollo, lo que significa que quienes lo presentan tienen limitaciones para desarrollar sus actividades habituales con normalidad.
Luis Henríquez, kinesiólogo experto en manejo del dolor y académico de Kinesiología USS, explica que la dolencia se manifiesta por debajo de las costillas y por sobre la pelvis, y que aparece durante determinados movimientos, prolongándose por alrededor de 10 días aproximadamente.
El especialista señala que alrededor de un 10% de estos malestares no se alivian en el plazo esperado, y si alcanza una duración mayor a tres meses, por convención, se habla de dolor lumbar crónico. “La causa de que este dolor no se alivie no necesariamente se relaciona con alteraciones estructurales. Estudios han mostrado que en su desarrollo participan factores psicológicos, biológicos, sociales, y ambientales”
Cuando las emociones y creencias están detrás del malestar
El profesional afirma que se considera que el dolor depende del contexto, el que incluye aspectos cognitivos y emocionales. Al tener esto claro, la persona comprenderá el impacto de estos factores en su dolor y podrá trabajar para disminuir ese impacto. “Por este motivo es que el principal actor en la recuperación del dolor lumbar agudo es la misma persona, quien asume, con seguridad y confianza, un rol activo en su proceso”.
“Preocuparse todo el tiempo, pensar que algo es grave o interpretar el aumento del dolor como una señal de una posible catástrofe, ha demostrado que empeoran el dolor y lo hacen durar más. Trabajar en sus factores contextuales personales, para cambiar la forma en que enfrenta situaciones o sus respuestas a ellas, ayudará a la persona en su camino hacia la recuperación”, especifica Henríquez.
Respecto a los tratamientos, el kinesiólogo explica que “algunos incluyen programas de ejercicio o actividad gradual enfocados en mejorar la función y prevenir el empeoramiento de la discapacidad”. También se recomienda el uso de terapias pasivas, como la manipulación o movilización vertebral, el masaje y la acupuntura. Estas son consideradas como opcionales, pero algunos profesionales sugieren su uso en personas que no responden a otro tratamiento. “Las guías también consideran terapias psicológicas, por ejemplo, terapia cognitivo-conductual, relajación progresiva y reducción del estrés como mindfullness, y paquetes combinados de tratamiento físico y psicológico”, finaliza el académico de la USS.