Congreso de EEUU, listo para iniciar otro juicio político a Trump por asalto al Capitolio
A días de la asunción del presidente electo Joe Biden, Estados Unidos se aprestaba hoy para un posible nuevo juicio político al presidente saliente Donald Trump por "incitación a la insurrección" por el violento asalto de sus partidarios al Congreso, que reflejó las divisiones del país y los riesgos que enfrenta la democracia más antigua del mundo.(Télam)
La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, dijo anoche que estaba lista para lanzar un segundo proceso de juicio político contra el presidente, a menos que el vicepresidente Mike Pence y el gabinete destituyan a Trump con la autoridad que les da la Constitución.
Tras la violencia del miércoles pasado en el Capitolio a manos de seguidores de Trump, la Cámara Baja deberá debatir hoy y votar mañana una resolución impulsada por Pelosi que pide a Pence que invoque la 25a enmienda de la Constitución y despoje a Trump de su cargo.
Si eso no ocurre, «la legislación sobre el procedimiento de destitución será presentada» a los legisladores, escribió Pelosi en una carta a los parlamentarios en la que agregó que Trump es «una amenaza inminente» para la Constitución y la democracia de Estados Unidos.
Según adelantó la cadena CNN, si no prosperara la destitución a través de la 25a enmienda, la bancada demócrata de la Cámara de Representantes presentará un único cargo de «incitación a la insurrección» contra Trump para que el Senado le inicie juicio político.
La acusación, que la mayoría demócrata de la Cámara baja podría presentar hoy mismo para su eventual votación esta semana, hace referencia a las repetidas denuncias falsas de Trump de fraude en las elecciones del año pasado y al discurso que dio a sus partidarios el 6 de enero incitándolos a marchar al Congreso.
La acusación también menciona una llamada que Trump hizo a la máxima autoridad electoral de Georgia en la que le pidió «encontrar» suficientes votos a su favor como para revertir su derrota frente a Biden en las elecciones del 3 de noviembre pasado en ese estado del sur del país.
«En todo esto, el presidente Trump puso en grave peligro la seguridad de Estados Unidos y sus instituciones de Gobierno», prosigue el texto.
Trump «amenazó la integridad del sistema democrático, interfirió con la pacífica transición del poder y puso en peligro a otra rama del Gobierno con el mismo nivel de autoridad. De este modo, traicionó la confianza como presidente, para manifiesto daño de Estados Unidos», agrega.
Tras los pedidos de enjuiciar a Trump de los senadores republicanos Ben Sasse y Lisa Murkowski, el senador Pat Toomey afirmó ayer que una renuncia del presidente «sería el mejor camino».
Trump «cayó en un nivel de locura (…) absolutamente impensable» desde que el demócrata Joe Biden le ganó las elecciones de noviembre, añadió.
«Lo mejor para la unidad del país sería que dimitiera», dijo en ABC Adam Kinzinger, legislador en la Cámara de Representantes y primer republicano en pedir, la semana pasada, que el presidente fuera declarado «no apto» para ejercer sus funciones.
Aislado en la Casa Blanca, abandonado por varios de sus ministros y distanciado de Pence, Trump no da, sin embargo, ninguna señal de estar pensando en renunciar, según consejeros citados por la prensa estadounidense.
Trump ya fue sometido a un juicio político en el Congreso, donde la oposición demócrata controla la Cámara de Representantes, en diciembre de 2019, acusado de presionar al gobierno de Ucrania para que investigara a Biden.
Fue absuelto por el Senado, de mayoría republicana a inicios de 2020.
El tiempo es escaso ya que Biden debe asumir el 20 de enero, y si bien el juicio político podría comenzar, los demócratas deberían obtener apoyos de sus rivales republicanos en el Senado para que concluya con la salida del presidente del poder.
Es poco probable que obtengan aliados suficientes para alcanzar la mayoría de dos tercios de las 100 bancas del Senado, necesaria para condenar a Trump y removerlo de su puesto.
Suspendido en Twitter y en el resto de las grandes redes sociales para evitar nuevas incitaciones a la violencia, las opciones del mandatario para comunicarse con el gran público son ahora limitadas.