África padece una segunda ola de coronavirus más letal que la anterior
El Centro de Control y Prevención de Enfermedades anunció hoy que la segunda ola de Covid-19 está resultando ser más mortífera en el continente africano, donde la tasa de muerte es 2,5% de los casos registrados, por encima de la media mundial de 2,2%. (Telám)
Desde el inicio de la pandemia, África fue un continente poco afectado comparado con el resto, con 3,3 millones de casos y casi 82.000 fallecimientos. Sin embargo, el aumento de la tasa de mortalidad marca una ruptura con la primera ola, en la que se mantuvo por debajo de la media mundial, recordó el director de la agencia CDC África especializada de la Unión Africana (UA), John Nkengasong, quien además indicó que el número de casos en el continente aumentó 14% por semana el mes pasado.
Según Nkengasong, este aumento de la mortalidad se debe a la aceleración del número de casos, que satura los sistemas de salud del continente. «Esta es una de las características notables de la segunda ola, que debemos combatir con firmeza», explicó el director del CDC a la agencia de noticias AFP.
Una nueva variante del coronavirus, de transmisibilidad más rápida, fue detectada por expertos a finales de diciembre en Sudáfrica, el país más afectado del continente por una significativa amplitud de cifras respecto al resto de los países de la región. Hasta ayer, el Departamento de Salud de Sudáfrica informó 1.369.426 casos y 38.854 muertes.
Vacunas para el continente africano
La UA anunció la semana pasada que encargó 270 millones de vacunas anti Covid-19 para el continente, además de las previstas a través del dispositivo Covax, una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de socios privados para un acceso equitativo a las vacunas.
La desigual distribución de vacunas preocupa tanto a la UA como a la OMS que esta semana dio a conocer un informe que revela que solo 11 países concentran el 90% de las dosis. El documento señala que en todo el mundo se aplicaron unas 40 millones de inyecciones, de las cuales la inmensa mayoría corresponden a naciones de altos o medianos ingresos y muy pocas fueron aplicadas en países pobres.
“El mundo está al borde de un fracaso moral catastrófrico”, advirtió esta semana Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS, en torno a la distribución de las inmunizaciones. “No está bien que los adultos jóvenes y sanos en países ricos reciban la vacuna antes que los trabajadores de la salud y las personas mayores en los países más pobres”, señaló.
Asimismo, Ghebreyesus cuestionó a los países ricos por comprar vacunas «por encima de sus necesidades, mientras que en África todavía se está luchando con las instalaciones de Covax».
El programa de la OMS funciona si los países del mundo acuden a éste para obtener las dosis, pero en la práctica los Gobiernos están cerrando acuerdos bilaterales directamente con los laboratorios para poder contar con éstas lo antes posible y en grandes cantidades. En tanto, los mismos laboratorios priorizan estos acuerdos lucrativos por sobre su participación en la coalición Covax.