Rey Felipe VI apela a los principios morales y éticos para despegarse de su padre
Reivindicó, además, el sello renovador de su reinado. (Télam)
«Los principios morales y éticos» que reclaman los ciudadanos, subrayó el Rey Felipe VI, citado por la agencia Europa Press, «obligan a todos sin excepciones» y «están por encima de cualquier consideración, de la naturaleza que sea, incluso de las personales y familiares».
En la misma línea, señaló: «Así lo he entendido siempre, en coherencia con mis convicciones, con la forma de entender mis responsabilidades como jefe del Estado y con el espíritu renovador que inspira mi reinado desde el primer día».
El discurso del Rey Felipe VI no escapó a las víctimas del coronavirus, ni a quienes luchan contra la enfermedad o sus secuelas, además de reconocer que 2020 fue un año «muy duro y difícil» con un virus que llevó «sufrimiento, tristeza y temor» al país y llamar a mantener «la responsabilidad individual».
Asimismo, reivindicó la «oportunidad histórica» que brinda la Unión Europea y añadió: «Proteger a los más vulnerables y luchar contra las desigualdades que la pandemia ha creado o agravado es cuestión de dignidad» y también será fundamental recuperar la economía y crear «ese empleo que tanto necesita» el país.
Sin embargo, en un año difícil para la imagen de la monarquía y en medio de una fuerte expectativa por su tradicional mensaje navideño, con el Gobierno a la espera de un mensaje «a la altura» de las circunstancias y el reclamo de Unidas Podemos contra las actividades privadas del Rey Juan Carlos, Felipe de Borbón aludió sin hacer mención directa a dicha situación y enfatizó que ya se había referido a esos principios éticos en su proclamación.
«Ya en 2014, en mi proclamación ante las Cortes Generales, me referí a los principios morales y éticos que los ciudadanos reclaman de nuestras conductas. Unos principios que nos obligan a todos sin excepciones, y que están por encima de cualquier consideración de la naturaleza que sea, incluso de las personales o familiares», expresó el monarca.
En marzo, y ante la multiplicación de indicios de que Juan Carlos – jefe de Estado español de 1975 a 2014- ocultaba una fortuna opaca en el extranjero, el actual rey renunció a la herencia económica de su padre y le retiró su asignación anual, estimada en más de 194.000 euros (unos 236.000 dólares).
En agosto pasado, Juan Carlos se exilió en Abu Dabi, capital de Emiratos Árabes Unidos, puntualizando que en caso de ser requerido por la justicia española, comparecería en cualquier momento.
No obstante y frente a especulaciones acerca de las fiestas navideñas, hasta el momento decidió no regresar debido a «la triste situación de la pandemia en España», indicó, y al hecho de que es «persona de alto riesgo», ya que el 5 de enero cumplirá 83 años.
A comienzos de diciembre, informó por medio de su abogado del pago a la Hacienda española de 678.393 euros (unos 820.000 dólares), para saldar una deuda resultante de una declaración extraordinaria de ingresos y evitar que la querella lo lleve ante los tribunales, aún cuando los hechos se produjeron luego de su abdicación.
Aparte de este caso, la justicia tiene abiertas otras dos investigaciones sobre sus finanzas.
La primera busca determinar si hay responsabilidad penal en el presunto cobro de comisiones por la adjudicación, a un consorcio de empresas españolas en 2011, de un contrato de un tren de alta velocidad en Arabia Saudita.
El tercer dossier es sobre un supuesto blanqueo de capitales, ligado a una estructura opaca con millones de euros radicada en la isla británica de Jersey.