Gobierno de Trump avanza en ser el que avale más penas de muerte en un siglo

Un condenado a muerte fue ejecutado en las últimas horas por inyección letal en Estados Unidos, en momentos en que el Gobierno de Donald Trump impulsa una serie de ejecuciones federales que rompen una tradición de suspender la pena capital durante el período de transición de poder y que lo convertirá en el mandatario que más la avale en más de un siglo. (Télam)

Brandon Bernard, un afroestadounidense de 40 años, fue ejecutado en una prisión en Terre Haute, Indiana, por su participación en un doble asesinato en 1999 cometido en Texas cuando tenía 18 años, a pesar de los pedidos de clemencia y el contexto de la pandemia de coronavirus.

Trump reanudó las ejecuciones federales después de una pausa de 17 años y se convertirá en el mandatario que más ejecuciones impulse en más de un siglo, con 10 reos condenados desde julio de este año, una cifra total sin igual en la historia moderna.

Más de medio millón de personas firmaron peticiones instando al presidente a conmutar la sentencia de Bernard por cadena perpetua, citando su edad en el momento del crimen y su buen comportamiento como preso, informó la agencia de noticias AFP.

Entre quienes dieron su apoyo a Bernard figura la estrella de reality show Kim Kardashian.

«Si bien Brandon participó en este crimen, su papel fue menor en comparación con el de los otros adolescentes involucrados, dos de los cuales están en casa ahora», dijo.

Bernard y otros cuatro adolescentes negros fueron condenados por secuestrar a Todd y Stacie Bagley, una pareja blanca de Iowa a quienes obligaron a retirar efectivo antes de dispararles y quemarlos en su automóvil.

Debido a que el crimen tuvo lugar en una base militar estadounidense, fue juzgado en un tribunal federal.

El tirador, Christopher Vialva, entonces de 19 años, y Bernard, que prendieron fuego al automóvil, fueron condenados a muerte en 2000.

Vialva fue ejecutado mediante inyección letal en septiembre, pero otros participantes en los hechos que tenían menos de 17 años en ese momento evitaron la pena de muerte.

«Brandon cometió un terrible error a los 18 años. Pero no mató a nadie, y nunca dejó de sentir vergüenza y profundo remordimiento», dijo su abogado Robert C. Owen tras la ejecución.

Bernard es el noveno preso federal ejecutado desde julio, cuando la administración Trump reanudó las ejecuciones federales.

A pesar de la derrota de Trump en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre -que se niega a reconocer- su administración planea llevar a cabo más ejecuciones federales antes de que deje el cargo, rompiendo una tradición de 131 años, en los que los presidentes salientes suspendieron las ejecuciones federales durante el período de transición.

La última ejecución federal está programada para el 15 de enero, solo cinco días antes de que el demócrata Joe Biden tome posesión de su cargo.

El demócrata se comprometió a poner fin a las ejecuciones federales.

También hubo críticas a que el Gobierno federal retomara las ejecuciones en medio de la pandemia, cuando estados como Texas -que realiza la mayor cantidad- las suspendió ante la preocupación por el personal de las cárceles, los testigos y los familiares de las víctimas.

Desde que la Corte Suprema de Estados Unidos restableció la pena de muerte federal en 1988, las ejecuciones en Estados Unidos fueron escasas.

Antes de que Trump asumiera el cargo, solo se habían llevado a cabo tres ejecuciones federales en este período (1988-2016).

Todas se llevaron a cabo bajo el mandato del presidente republicano George W. Bush, e incluyeron al preso Timothy McVeigh, condenado por el atentado con bomba en un edificio federal de la ciudad de Oklahoma.

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

El Periodista