Diputados británicos votan nuevas restricciones antes del fin del confinamiento por coronavirus
El primer ministro británico, Boris Johnson, pidió al Parlamento aprobar hoy nuevas restricciones contra el coronavirus en Inglaterra y dijo que el Reino Unido debe "mantener la calma" hasta que las vacunas sean aprobadas y distribuidas.(Télam)
El actual confinamiento de cuatro semanas decretado en Inglaterra llega a su fin esta medianoche, y el Gobierno planea reemplazarlo desde mañana por un sistema regional de tres niveles basados en la severidad del brote en las diferentes partes del país.
El cambio requiere de aprobación del Parlamento, donde enfrenta el rechazo de diputados, muchos de ellos del gobernante Partido Conservador, que creen que las medidas arruinarán los comercios, sobre todo los pubs, que tendrán fuertes restricciones.
En virtud de este sistema, casi el 99% de los 56 millones de habitantes de Inglaterra seguirá viviendo en niveles de alerta «alta» o «muy alta», con estrictas restricciones como la prohibición de ver a familiares y amigos en lugares cerrados.
Comercios, peluquerías, gimnasios abrirán mañana en todo el país, pero los 23 millones de personas en el nivel de alerta más elevado verán bares, restaurantes, cines y teatros cerrados.
«Acepto que esto no es un retorno a la normalidad pero está mucho más cerca» de ella que la orden de solo salir de casa para trabajar, ir a la escuela, comprar comida o asistir a una cita médica, vigente en el actual confinamiento, defendió Johnson en el Parlamento.
Gracias a este esfuerzo «se ha contenido el virus pero no se ha erradicado», insistió frente a los diputados en la apertura de un debate que se anunciaba largo y acalorado.
«Tenemos que ser realistas, todavía no hay una vacuna, pese a todas las señales positivas (…) y hasta entonces no podemos bajar la guardia», subrayó, citado por la agencia de noticias AFP.
Pese a que la rebelión de los diputados conservadores socava su autoridad, el primer ministro parece tener garantizada la victoria en un voto por la noche en la Cámara de los Comunes gracias a la abstención anunciada del opositor Partido Laborista.
Primera fuerza de oposición, los laboristas, que hasta ahora siempre habían apoyado las restricciones contra el coronavirus, se abstendrán por primera vez desde el comienzo de la pandemia.
El partido socialdemócrata exige mayores ayudas financieras a los comercios, como bares y restaurantes, que deberán permanecer cerrados en las zonas de alerta «muy alta», nivel superior en un sistema de tres.
En un intento de apaciguar a los diputados conservadores descontentos, el Ejecutivo publicó anoche un estudio sobre el impacto del confinamiento para Inglaterra decretado desde el 5 de noviembre ante la fuerte segunda ola de coronavirus.
El estudio aseguró que los casos de coronavirus cayeron cerca de un 30% gracias a este confinamiento, el segundo del año en el Reino Unido tras otro en la primavera boreal pasada.
El estudio, recibido con escepticismo por los medios británicos, reconoce que las restricciones tendrán «costos significativos» para la economía, pero subraya que perder el control del virus sería «mucho peor».
El Reino Unido es el país más castigado de Europa por el coronavirus, con casi 58.500 muertos confirmados.
El sistema que divide el territorio de Inglaterra en tres niveles ya regía en el país antes de ser reemplazado por el confinamiento nacional decretado por Johnson, pero ahora necesita ser refrendado por los diputados.
El Gobierno británico y los ejecutivos regionales de Escocia, Gales e Irlanda del Norte, que deciden sus propias políticas sanitarias, acordaron permitir una «tregua de Navidad» en que un máximo de tres hogares podrán reunirse entre el 23 y el 27 de diciembre.