Sobrevivientes de abuso sexual infantil consideran «conmovedor» poder «compartir ese dolor»
Sobrevivientes y especialistas aseguraron que el destino de las víctimas de abuso sexual "empieza a cambiar a partir del momento en el que se puede compartir ese dolor". (Télam)
Mañana se conmemora el Día Internacional para la Prevención del Abuso Sexual contra niños, niñas y adolescentes para poner en evidencia la magnitud de este problema y exigir a los estados las políticas necesarias para afrontarlo.
«Es muy importante que haya una fecha que venga a instalar en la agenda pública este delito. La suerte de las víctimas empieza a cambiar a partir del momento en el que se puede compartir este dolor, desde que se lo puede poner en palabras. A veces los niños víctimas de abuso lo expresan a través de sus dibujos, de sus modos de relacionarse, de sus cambios de actitudes», dijo Sebastián Cuattromo, sobreviviente e integrante de Adultxs por la Infancia de Argentina.
Julieta Añazco, víctima y referente de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico, aseguró que «como sobreviviente es muy conmovedor este día, poder decir que pudimos sobrevivir a ese dolor y seguimos».
«Estos días ayudan a visibilizar. La sociedad y la gente se anima más cuando los casos salen a la luz», reflexionó.
Tanto Cuattromo como Añazco aseveraron que, si bien es un «camino doloroso» es importante tener un contexto donde poder expresar las consecuencias de este delito e ir a la justicia para que se apliquen las penas, aunque también se corre el peligro de la prescripción del delito por el paso de los años.
«En mi caso, sufrí el delito cuando tenía 13 años, en el colegio Marianista donde mi abusador fue docente. Durante 10 años sobrellevé, en silencio y en soledad, ese trauma porque no tenía contexto donde poder expresarme. Ni en el colegio, donde había una cultura represiva, ni en mi familia», contó Cuattromo, quien en 2012 logró el juicio y la condena penal del que fuera su abusador.
Añazco, denunciante del cura Héctor Ricardo Giménez, afirmó que «es un camino muy difícil y doloroso, lleva años poder ponerlo en palabras y asumir lo que nos pasó porque muchas veces la mente bloquea esos recuerdos como mecanismo de defensa para no sufrir».
«Giménez está en un asilo de ancianos y se le inició un supuesto juicio canónico, en el cual se lo encontró culpable y la pena que tiene son 10 años de penitencia y rezo. Tiene 4 denuncias penales, la última en 2018. En una lo absolvieron, en otra lo condenaron y en las otras dos, las causas prescribieron», contó.
«El tema de la prescripción es otra lucha, sigue habiendo un vacío legal y no nos permite llegar a un juicio justo», aseguró Añazco.
María Beatriz Müller, presidenta de Salud Activa, indicó que «estos temas no se pueden trabajar solo, hay que hacerlo con compañía. Todavía no hemos logrado que el delito del abuso no prescriba, eso hace que adultos que han sido abusados se sientan frustrados cuando van a denunciar. Vamos camino hacia la no prescripción».
Desde Adultxs por la Infancia informaron que, tomando datos de la Unión Europea, el 20% de la población padece abuso sexual antes de cumplir 18 años y la mitad de la víctimas lo sufrieron de forma incestuosa dentro de sus familias.
Müller aseguró que en su país hubo «un antes y un después» con el caso de la actriz argentina Thelma Fardin, quien denunció en 2018 por violación a su excompañero de trabajo Juan Darthés por un hecho ocurrido cuando ella era menor de edad.
«Ha habido un antes y un después con el caso de Thelma Fardin. Cuando ella salió a contar su historia, eso habilitó a mucha gente adulta que empezó a hablar de los abusos en sus infancias, y eso siguió cada vez más», aseguró.
Müller manifestó que «en este tema hay dos veredas, no hay grises: o estas del lado de la víctima, que es quien ha sido abusado, o sos un cómplice o un abusador. No hay término medio, acá no se puede estar más o menos creyendo».
Los especialistas aseguraron que es fundamental el rol del Estado en estos delitos, ya que es el encargado de proteger los derechos de la infancia y de aplicar la ley de Educación Sexual Integral (ESI).
«El Estado es el garante de los derechos de la infancia, por eso bregamos por la plena aplicación de la ESI que conquistamos en 2006, pero todavía está muy lejos de ser una realidad como debería», afirmó Cuattromo.
«Falta mucho trabajo todavía. Tenemos en Argentina una ley de Educación Sexual Integral que no se aplica porque hay un sector de la sociedad que no lo quiere. Meten fantasmas y mentiras para jugar en contra. En ese contexto, los abusos siguen siendo moneda corriente», aclaró Müller.
«El abuso sexual en la infancia debería ser un delito de lesa humanidad porque la participación del Estado existe porque es responsable del bienestar de los niños desde el momento en que firmó la Convención de los Derechos del Niño», concluyó.