Sagasti asumió y llamó a combatir el coronavirus y a reactivar la economía y la educación
El legislador Francisco Sagasti juró hoy como presidente interino de Perú, el tercer jefe del Estado en poco más de una semana y el cuarto en lo que va del actual período quinquenal de gobierno, y afirmó que los ejes de su gestión serán el combate al coronavirus y la reactivación de la economía y la educación. (Télam)
“Debemos enfrentar la grave crisis económica y de salud originada por la pandemia; haremos lo posible por reducir los contagios de Covid-19 sin afectar seriamente la economía, sabemos lo difícil que resulta eso”, dijo en su mensaje inaugural.
“Hago un llamado al sector privado en general para que se comprometa en la reactivación económica”, exhortó el flamante mandatario, quien prometió que el suyo “no será un gobierno partidista sino plural”.
Ya anoche, Sagasti había dado señales tanto en materia económica como en cuanto a la conformación de su equipo de colaboradores.
“Vamos a tener que endeudarnos en más de 30.000 millones de soles (poco más de 8.200 millones de dólares) para cubrir el presupuesto y el servicio de la deuda que contrajimos anteriormente”, advirtió a la televisora RPP.
No obstante, la designación de Sagasti fue bien recibida por los mercados financieros internacionales.
“Vemos con tranquilidad el hecho de que por el momento se ha superado la inestabilidad; los mercados han visto la toma de mando de Francisco Sagasti con mucha calma”, afirmó Jaime Reusche, vicepresidente de la calificadora de riesgo Moody’s, según la agencia de noticias Andina.
“Creemos que el historial de Francisco Sagasti como tecnócrata centrista, y su fuerte apoyo por parte del Congreso, es un buen augurio para apaciguar la crisis política y el descontento social”, señaló el banco de inversión Credit Suisse en su último reporte diario.
Con respecto al gabinete, Sagasti dijo anoche al Canal N que “los criterios son muy claros: honestidad, eficiencia, compromiso, capacidad de trabajar en equipo” porque “la idea es tener la más amplia gama posible, que pueda representar a la diversidad de la ciudadanía en estos meses”.
Por otra parte, el jefe del Estado subrayó esta tarde que “una tercera prioridad será la recuperación de la educación”, afectada tanto o más que la economía por el impacto de la pandemia.
Sagasti, quien ayer había prestado juramento como presidente del Congreso, fue investido por Mirtha Vásquez, primera vicepresidenta del parlamento, quien minutos antes quedó a cargo del Legislativo.
Tanto la sesión parlamentaria como el discurso inaugural del mandatario se iniciaron con sendos homenajes a Inti Sotelo y Bryan Pintado, los jóvenes muertos el sábado pasado por la represión de las protestas ciudadanas.
Vásquez pidió un minuto de silencio al iniciar la sesión y Sagasti comenzó su mensaje con una referencia a ellos.
“No podemos devolver la vida a estos jóvenes, pero sí podemos evitar que vuelva a suceder; en nombre del Estado les pido perdón a sus familiares, a ellos y a todos los jóvenes que marcharon por defender la democracia”, dijo.
Familiares de las dos víctimas asistieron a la ceremonia, teñida por la conmoción por los disturbios que pusieron fin a la fugaz presidencia de Manuel Merino, quien renunció el domingo, cinco días después de haber asumido.
De hecho, anoche, después de haber jurado sus cargos en el Congreso, Sagasti, Vásquez y los otros dos vicepresidentes, Luis Roel y Matilde Fernández, visitaron a los heridos en los incidentes del sábado que aún estaban internados en el hospital Loayza, en Lima.
La investidura de Sagasti parece poner entre paréntesis la aguda crisis institucional que Perú vive en los últimos años y que se cobró la caída de tres presidentes y un Congreso, y que se agudizó este año debido al impacto de la pandemia de coronavirus y la consecuente recesión económica.
Pedro Pablo Kuczynski renunció en marzo de 2018 para evitar ser destituido en el segundo juicio político que el Congreso le formó en menos de tres meses y su sucesor, Martín Vizcarra, fue destituido hace ocho días en el segundo juicio político en menos de dos meses.
En el ínterin, Vizcarra disolvió el Congreso a fines de septiembre de 2019, en uso de la facultad constitucional que habilita a un presidente a tomar esa medida si el parlamento niega el voto de confianza a un gabinete por segunda vez dentro de un mismo período de gobierno.
De todos modos, la crisis continúa y se expresa en la extraordinaria fragmentación política, que se refleja en que 10 bloques más cerca de una decena de legisladores independientes se reparten las 130 bancas del Congreso unicameral y 23 partidos inscribieron candidatos a la presidencia de la república para las elecciones de abril de 2021.