Presidencia de EEUU, aún sin definir tras histórico duelo Trump-Biden

La Presidencia de Estados Unidos dependía hoy de un puñado de estados donde aún se contaban los votos, con el presidente Donald Trump y su rival demócrata, Joe Biden, cabeza a cabeza en todos ellos tras una elección histórica con la mayor participación en más de un siglo.(Télam)

No está claro cuándo podrá conocerse el ganador, que en gran parte podría definirse por el resultado en dos estados clave, Michigan y Pensilvania, ambos ganados por Trump en 2016 luego de haber votado por los demócratas durante dos décadas.

Biden pasó al frente hoy con una muy leve ventaja en Michigan, luego de estar por detrás de Trump en el escrutinio durante casi toda la noche, mientras que la diferencia a favor del mandatario en Pensilvania podría evaporarse al contarse el más de un millón de votos por correo que aún falta por contar, lo que daba renovadas esperanzas a los demócratas.

En la vecina Wisconsin, en cambio, el giro se tradujo en una victoria para Biden. Los principales medios de Estados Unidos proyectaron al opositor como ganador por una muy pequeña ventaja, pese que la campaña republicana ya anunció que pedirán un recuento «inmediato» de los votos.

“Ha habido informes de irregularidades en varios condados de Wisconsin que plantean serias dudas sobre la validez de los resultados», dijo Bill Stepien, director de campaña de Trump, en un comunicado.

«El presidente está dentro del umbral para solicitar un recuento y lo haremos de inmediato», afirmó.

Pero según la ley de ese estado, una campaña no puede solicitar dicha medida hasta que la Comisión Electoral de Wisconsin complete el escrutinio de las juntas electorales del condado, informó la cadena de noticias CNN.

El oficialismo dejó en claro que dará batalla hasta el final ya que, además, presentó un recurso para frenar el escrutinio en Michigan.

El mismo Stepien informó que también presentó un recurso ante la Justicia de Michigan para frenar el escrutinio hasta que le den «acceso» a ese proceso.

Poco antes, Trump había vuelto a agitar el fantasma de fraude electoral al publicar en su cuenta personal de Twitter que en algunos estados clave su ventaja estaba “desapareciendo” con el paso de las horas y acusó a las demócratas de robarle votos.

«Están trabajando duro para hacer desaparecer la ventaja de 500.000 votos en Pensilvania, lo antes posible. ¡Del mismo modo, Michigan y otros!”, había publicado el magnate republicano antes de que la red social quitara su mensaje por considerarlo potencialmente “engañoso».

También en la cuenta de Twitter de la campaña republicana se hicieron eco de estas acusaciones y aseguraron que es sólo una cuestión de tiempo antes de que los demócratas «intenten robar las elecciones y manipular los resultados”.

Desde el año 2000 que los estadounidenses no despertaban sin saber quién será su presidente los próximos cuatro años, pero en aquella ocasión la incertidumbre giraba en torno a un solo estado, Florida, mientras que hoy la indefinición se ampliaba a seis, incluyendo Carolina del Norte, Georgia y Nevada.

La situación comenzó a tornarse dramática esta madrugada cuando Trump, en una declaración poco común desde la Casa Blanca, se proclamó ganador, denunció un fraude y anunció que elevará un pedido de detener el recuento de los votos a la Corte Suprema, dominada ahora por una extensa mayoría conservadora.

Biden, en una breve aparición ante sus seguidores en Delaware, pidió paciencia y dijo que «esto no se termina hasta que cada voto se cuente, hasta que se cuenten todos los votos».

La campaña de Biden consideró «indignantes» y «sin precedentes» las declaraciones de Trump sobre frenar el recuento y aseguró que su equipo legal estaba «listo para actuar».

El presidente republicano, de 74 años, se impuso en Florida, el más grande de los estados decisivos, pero Biden, de 77, dio vuelta Arizona, un estado que no votaba por el candidato presidencial demócrata desde hace un cuarto de siglo, según proyectaron los principales medios.

Sin embargo, ninguno alcanzaba aún los 270 votos del Colegio Electoral necesarios para ser proclamado presidente, según el sistema de elección indirecta de Estados Unidos.

Las elecciones de ayer, al igual que la campaña, estuvieron marcadas por la histórica pandemia de coronavirus que ya dejó más de 232.000 muertos y devoró millones de empleos en Estados Unidos.

Los candidatos pasaron meses ofreciendo a los votantes visiones radicalmente diferentes sobre los problemas y el futuro de la nación, y el electorado respondió con enorme fervor, con un récord de más de 100 millones de votos por anticipado y millones de personas más desafiando al coronavirus para sufragar ayer de manera presencial, la mayoría a favor de Trump, según analistas.

Sin cifras oficiales aún de participación, la respetada web de monitoreo Elections Project afirmó que la concurrencia fue la más alta en 120 años, desde 1900, con un 66,9%, o unos 160 millones de votos -contra 137,5 millones en 2016- en un país donde el sufragio es voluntario.

El recuento de votos siempre sigue después del día de las elecciones en Estados Unidos, y la mayoría de los estados tiene sus propias reglas sobre cuándo debe terminar.

Para el caso de las presidenciales, esto debe ser siempre antes de la fecha de diciembre en que se reúne el Colegio Electoral, que se fija por ley federal.

Varios estados aceptan votos por correo después del día de las elecciones, incluyendo Pensilvania, donde esos sufragios se reciben hasta tres días después de los comicios.

Los demócratas históricamente superan a los republicanos en la votación por correo, mientras que los republicanos suelen recuperar terreno el día de la votación.

Algunos estados cuentan primero los votos presenciales y luego los emitidos por correo, como Michigan y Wisconsin, lo que explicaría por qué Biden pasó al frente hoy en ambos luego de que Trump sacara allí una gran ventaja inicial anoche al comienzo del escrutinio.

Biden sumaba ya 248 de los 270 votos del Colegio Electoral y Trump, 213.

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El Periodista