¿Estás durmiendo mal? No te descuides de la diabetes y la obesidad
Los trastornos del sueño aumentan las probabilidades de padecer diabetes 2 en personas sobre los 40 años y aumentan el riesgo de obesidad, al afectar la hormona de la saciedad. ¿Cómo prevenirlo? Desde Clínica Somno, centro especialista en Medicina del Sueño, entregan algunas recomendaciones.
El próximo 14 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, contexto que nos invita a entender sus causas y cómo prevenirla. Según el Ministerio de Salud, más de un millón y medio de adultos tiene diabetes, siendo uno de los problemas más graves de salud en nuestro país.
Esta enfermedad crónica, donde el cuerpo no puede regular la cantidad de glucosa (azúcar) en la sangre, puede ser causada por muy poca producción de insulina, resistencia a la insulina o ambas. Si bien la diabetes 1 es de origen genético, la diabetes 2, que constituye el 95% de los diagnósticos, suele aparecer después de los 40 años, producto de diversos factores, como obesidad, sedentarismo, diabetes y trastornos del sueño.
“Cuando las personas duermen poco se genera una situación de estrés para el organismo, ya que se va en contra de un proceso natural como lo es el sueño, donde normalmente hay un ambiente metabólico y hormonal que tiende a la reparación celular, degradación de sustancias tóxicas y descanso para los distintos sistemas. La deprivación parcial de sueño produce entonces, un aumento de mediadores y sustancias pro-inflamatorias y produce un desequilibrio hormonal, los cuales aumentan el fenómeno de resistencia a la insulina y nos hacen proclives a padecer síndrome metabólico y diabetes mellitus tipo 2” explica Francisca Bustos, Nutrióloga de Clínica Somno.
Por otro lado, el tener un sueño poco reparador o interrumpido nos genera hambre y mayor ansiedad. Esto ocurre porque al dormir mal, el cuerpo disminuye la secreción de leptina, la llamada hormona de la saciedad, lo cual favorece el aumento de peso, comenta la nutrióloga de Clínica Somno.
“Existe evidencia científica que demuestra que la mala calidad de sueño induce, mediante mecanismos hormonales, a conductas alimentarias que nos llevan a mayor consumo energético y a preferir alimentos ricos en grasa e hidratos de carbono. Esto, junto con el sedentarismo, conduce a exceso de peso y a la acumulación de tejido adiposo abdominal el cual es metabólicamente activo y libera hormonas y sustancias pro-inflamatorias que conducen al fenómeno de resistencia a la insulina”.
También agrega que, por otra parte, “la alteración de los patrones de sueño generan un estrés enorme para el organismo donde se aumentan estas sustancias pro-inflamatorias y se desregulan hormonas como el cortisol, la hormona del crecimiento y las catecolaminas, las cuales aumentan el fenómeno de resistencia a la insulina.”
Este es un círculo del que hay que cuidarse, sobre todo las personas que ya padecen diabetes, que si duermen poco pueden ver empeorado su diagnóstico. Frente a esto, Clínica Somno, Centro especialista en Medicina del Sueño, entrega 4 recomendaciones:
- Actividad física: Aprovecha tus tiempos libres o después de tu jornada de trabajo para activar tu cuerpo caminando o haciendo algún deporte diariamente.
- Dieta saludable: Una alimentación equilibrada que incluya frutas y verduras te ayudará a evitar enfermedades como la diabetes y la obesidad. Preferir harinas integrales sobre blancas.
- Ingesta Nocturna: Procura comer liviano en la noche e incluir alimentos con triptófanos, además de evitar consumir grandes cantidades de alcohol. Esto te ayudará a dormir mejor y conciliar el sueño.
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Hidrátate: Intenta beber 2 litros de agua al día y así bajarás los niveles de ansiedad y ayudarás a tu cuerpo a eliminar toxinas. También puedes ingerirlas a través de infusiones o hierbas.