Escritora Jessica Atal publica su octavo libro: Teoría de una práctica amorosa
Sobre el texto, la poeta Rosabetty Muñoz afirma: “Este libro tiene por objetivo denunciar”, nos dice Atal en la introducción. Con esa advertencia, nos adentramos en los versos que son crudos, a ratos despiadados; pero también, como pausas, en una secuencia de fotografías donde el cuerpo es el escenario de la soledad, el deseo y el dolor”.
El abuso, la violencia, el machismo son los grandes temas o pulsiones de los 46 poemas que componen Teoría de una práctica amorosa, el nuevo libro de la escritora chilena Jessica Atal, que hoy publica Ediciones Bonnefont.
Cada poema está dedicado a una mujer que ha manifestado, a través de su arte, su opinión o su crítica, su lucha por la reivindicación de los derechos de las mujeres.
Destacan, además, las fotografías de Isabel Skibsted, que hablan y refuerzan, desde la imagen, la condición de vulnerabilidad en que viven tantas mujeres.
El verso de Jessica Atal es cortante, afilado, propio de un desfiladero, al borde del lenguaje. Cuando el discurso (de un fragmento amoroso) es trizadura, surge con fuerza inusitada una última bocanada de ira y aire. Surge la denuncia desde un grito silencioso. El libro completo es quizá eso, un grito colectivo que busca solo una cosa: vivir al menos para ser palabra sellada en pleno papel del desamor.
Marta Brunet, Mary Shelley, Anaïs Nin, Amy Winehouse, Violeta Parra, Toni Morrison, Virginia Woolf, Alejandra Pizarnik y Carmen Berenguer, son algunas de las mujeres a las que van dedicados estos poemas.
“Elegí a esas mujeres porque todas, ya sea a través de la palabra, la música o el cine, han luchado por la liberación y la reivindicación de los derechos de las mujeres, han cuestionado los roles sociales a los que nos vemos aún sometidas, así como han denunciado o han sido víctimas de la dominación, la violencia y el abuso de los hombres”, dice la autora.
Sobre Teoría de una práctica amorosa, la poeta Rosabetty Muñoz afirma: “Este libro tiene por objetivo denunciar”, nos dice Jessica Atal en la introducción. Con esa advertencia, nos adentramos en los versos que son crudos, a ratos despiadados; pero también, como pausas, en una secuencia de fotografías donde el cuerpo es el escenario de la soledad, el deseo y el dolor”.
Muchas de las víctimas no logran detectar la violencia con facilidad o les es imposible escapar de ella. “Espero que la poesía, desde su espacio revolucionario, contribuya a expandir la conciencia sobre el valor de la mujer y el lugar que ella debe ocupar, con todo el respeto que merece, dentro de cada una y todas las sociedades que conforman nuestro planeta”, dice Jessica Atal.
Jessica Atal (Santiago de Chile) es escritora, editora, tallerista, ensayista y crítica literaria, con más de trescientos cincuenta artículos publicados sobre literatura, arte, actualidad y política.
Graduada con un Bachelor of Arts, Minor in Spanish, de la University of Utah, es autora del libro de relatos Ella también se va (2018), de la novela virtual WhatsApp, Amor (2016) y de los libros de poesía Carne Blanca (2016), Cortina de elefantes (2014), Arquetipos (2013), Pérdida (2010) y Variaciones en azul profundo (1991).
En 2004 recibió el Premio Edward Said. Su obra ha sido traducida a varios idiomas y ha aparecido en antologías, diarios y revistas literarias tanto en Chile como en el extranjero.
Es colaboradora permanente de la revista cultural La Panera.