Casi un año después, ¿cuál es la situación de distintos países en la batalla contra el COVID-19?
BEIJING, 7 nov (Xinhua) -- Ha pasado casi un año desde el inicio del brote de la COVID-19 y ahora el mundo asiste, durante medio mes, a un aumento de más de 400.000 casos diarios.
Si bien muchos países se esfuerzan por aplanar la curva mediante controles estrictos y una actitud científica, otros están sumidos en un aumento vertiginoso de los casos y las muertes debido a la politización y la minimización de la pandemia.
Ante una situación tan grave, la comunidad internacional debe unirse y adoptar un enfoque persistente, sustancial y basado en la ciencia para poner fin a la pandemia.
EL GOLPE MÁS DURO
Las infecciones mundiales por COVID-19 superaron los 49 millones el viernes, un aumento de 10 millones de casos en aproximadamente 20 días, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
Hasta el viernes, Estados Unidos registró la mayor cantidad de infecciones: cerca de 10 millones y más de 230.000 muertes. Un estudio de la Universidad de Washington mostró que el número de muertes por coronavirus en el mismo país alcanzaría unos 400.000 fallecimientos para el 1 de febrero.
El empeoramiento de la situación, según el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EEUU, Anthony Fauci, ha sido causado en particular por el divisionismo entre diferentes estados al seguir las recomendaciones de salud, como el uso de máscaras.
«Si todos hubieran hecho eso de manera uniforme, no estaríamos en la posición en la que estamos ahora», expuso Fauci, para agregar que «la gente fue ridiculizada por usar máscaras, según de qué lado del espectro político estabas».
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien había dicho que el país lo estaba haciendo «muy bien» en el manejo de la pandemia, dio positivo por COVID-19 el 1 de octubre. El virus también ha alcanzado a importantes funcionarios estadounidenses.
India es el segundo país más afectado del mundo, con un total de 8.462.080 casos y 125.562 muertes hasta el viernes. Brasil, que ocupa el tercer lugar en términos de recuento de casos con 5.631.181, tiene el segundo número más alto de muertes con 162.015.
Los expertos advirtieron que el impacto de la pandemia en las comunidades rurales de India «podría ser catastrófico», dada «la falta de infraestructura de salud rural», según Business Insider.
«Brasil es una advertencia», subrayó Albert Ko, profesor de la Escuela de Salud Pública de Yale, con décadas de experiencia en Brasil, citado por Reuters. «La epidemia golpeó duramente y no se implementaron muchas intervenciones basadas en evidencia o no se realizaron correctamente en muchos lugares».
SEGUNDA OLA
Después de que las cifras de infecciones a nivel mundial parecían haberse desacelerado con anterioridad este año, una segunda ola de nuevos casos comenzó a propagarse por todo el mundo, y los países recurrieron a medidas restrictivas urgentes como cierres, pruebas masivas y toques de queda.
En China, a pesar de los pequeños brotes descubiertos en Beijing, Xinjiang y Dalian en los últimos meses, las vidas de quienes residen en el país asiático han vuelto esencialmente a la normalidad en medio de medidas regulares de control y prevención de la COVID-19.
Al dirigirse a una reunión de septiembre en Beijing para felicitar a los que están en primera línea de la lucha contra la epidemia, el presidente chino, Xi Jinping, dijo que China se ha comportado de manera heroica en la lucha de la humanidad contra la enfermedad.
A medida que el hemisferio norte está entrando en el invierno, los números de COVID-19 están aumentando en muchos países europeos, incluidos España, Francia, Reino Unido, Italia, Alemania, Países Bajos, Bélgica y la República Checa, que han batido sus récords diarios registrados durante el pico de la pandemia a principios de año.
Además de Trump, algunos líderes y altos funcionarios de otros países también han contraído COVID-19 o han entrado en autocuarentena después de estar en contacto con personas infectadas, entre ellos, el primer ministro británico, Boris Johnson, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y líderes y funcionarios camboyanos tras la visita del ministro de Asuntos Exteriores y Comercio de Hungría, Peter Szijjarto.
Desde Europa hasta Asia-Pacífico, Oriente Medio y África, se han vuelto a imponer los cierres en las ciudades, con protocolos de salud actualizados y eventos de recaudación de fondos para ayudar a abordar la pandemia en África.
Reino Unido impuso el jueves un bloqueo de un mes en Inglaterra hasta el 2 de diciembre; Corea del Sur ha anunciado nuevas regulaciones de distanciamiento social; Irán ha anunciado una extensión de las medidas restrictivas a 71 ciudades hasta el 14 de noviembre; y a mediados de octubre, la Comisión de la Unión Africana (UA) organizó un evento para recaudar 300 millones de dólares para ayudar a abordar los efectos de la COVID-19 en el continente.
El profesor John Ashton, experto en salud pública mundial con sede en Liverpool, quien ha trabajado con la OMS, dijo que «tenemos que recuperar el control, tal como lo hicieron en Wuhan y en toda China», y calificó el cierre nacional como una necesidad para frenar la propagación del coronavirus.
Tobias Adrian, consejero financiero y director del Departamento de Mercados Monetarios y de Capital del FMI, compartiendo puntos de vista similares, dijo que «el resto del mundo puede aprender de China porque China ha sido muy eficaz en la lucha contra la pandemia» y algunos de sus métodos «en términos de rastreo de la propagación del virus y contención de la propagación son realmente ejemplares».
EL FUTURO
A principios de octubre, los delegados que asistieron al debate anual de la Tercera Comisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) pidieron una «solidaridad renovada» para abordar las consecuencias de la pandemia de COVID-19, destacando el papel fundamental de la OMS.
Los países deben luchar como uno solo frente a la COVID-19, dijo Zhong Nanshan, un renombrado epidemiólogo y neumólogo chino de la Universidad Médica de Guangzhou, quien instó a una mayor cooperación médica en una videoconferencia chino-qatarí sobre experiencia y pericia en la lucha contra la pandemia.
Von der Leyen se hizo eco de la idea, pidiendo recientemente que las personas se ocupen de su salud «a través de la cooperación sanitaria global, no a través de la competencia sanitaria global» en medio del dramático aumento de casos de COVID-19.